Fue en 1623 cuando el alemán Wilhelm Schickard creó una máquina que era capaz de sumar y restar cifras con un máximo de seis dígitos. No obstante, no fue hasta 1957 cuando se tuvo constancia de la existencia de dicha calculadora, que se conoció con el nombre de “reloj calculador”. El hallazgo tuvo lugar gracias a Franz Hammer, un historiador que descubrió la correspondencia entre Schickard y un amigo que contenía bocetos de esta máquina.
¿Cuándo llegaron a nuestras vidas las calculadoras tal como las conocemos hoy?
A partir de entonces, surgieron distintos tipos de calculadoras hasta que, en 1961, se creara la primera completamente electrónica. Se trata de la “Sumlock Comptometer ANITA”. Ya en 1973, la compañía Texas Instruments lanzó la primera calculadora científica.
Desde entonces hasta ahora, las calculadoras han evolucionado al punto de que, a día de hoy, se pueden encontrar en el mercado algunas versiones de esta máquina que la mayoría de las personas no podría ni imaginar que existen.