Madrid, París, Londres, Roma… Han sido múltiples las ciudades europeas que han tomado medidas para reducir la contaminación durante este último año. Además, algunas urbes han empezado a incorporar nuevas tecnologías para mejorar la sostenibilidad y la movilidad y optimizar la circulación. ¿Cómo puede ayudar la digitalización a crear ciudades más sostenibles?
Inteligencia artificial a pie de calle
Las congestiones de tráfico pueden disminuir notablemente gracias a una gestión eficaz de los semáforos, modificando su frecuencia y sincronizándolos para conseguir una buena organización de dichas luces y, así, llegar a una movilidad más fluida. Esto es lo que pueden experimentar los ciudadanos de Múnich desde inicios de 2017, momento en el que se instalaron unos dispositivos inteligentes en varios semáforos de la urbe basados en un sistema de inteligencia artificial.
Se trata de un proyecto del programa de investigación europeo Local4Global. Este tipo de instrumentos son capaces de intuir factores y flujos de tráfico y decidir la duración de los ciclos de luz verde de los semáforos. Lo hacen mediante algoritmos y los tiempos de espera pueden variar entre 45 segundos y 2 minutos. En diciembre de 2012 se implementó un sistema similar en Nueva Jersey y ha conseguido mejorar las condiciones de circulación y reducir los atascos un 25%. Otro claro ejemplo es la ciudad estadounidense de Pittsburgh, donde también se instaló el sistema y se ha conseguido reducir en un 40% el tiempo durante el cual los coches permanecen parados.
Coordinación entre diversos sistemas de trasporte
¿Qué pasa cuando una calle está cortada por obras? La ruta de un autobús se ve modificada a menudo a causa de los impedimentos que pueden surgir a lo largo de la ruta. ¿Te imaginas que el metro y el bus pudiesen coordinarse entre sí ante una avería para que el usuario final no se viera afectado? La empresa Alstom está trabajando con un software inteligente, Mastria, que analiza la información y el estado de los diferentes transportes públicos para proponer soluciones eficaces y reorganizar el escenario en tiempo real y, así, dar al ciudadano una vía alternativa para desplazarse.
Transporte público autónomo
En agosto de 2016 se ejecutaron las primeras pruebas piloto de autobuses sin conductor en Lyon y Helsinki. Es todavía un sector por explorar y por explotar, pero lo cierto es que el siguiente paso de esta nueva tecnología es que el transporte público autónomo tenga la capacidad de intercambiar información para poder optimizar itinerarios y conocer el estado de fluidez de las calles de la ciudad para evitar los atascos.
Así pues, la automatización del tráfico gracias a las nuevas tecnologías es un proceso inminente. Posiblemente llegará a nuestras ciudades muy pronto para optimizar la circulación y fomentar unas metrópolis más sostenibles. Porque, ¿a quién no le gustaría evitar el atasco de todas las mañanas?
Redacción