El Mobile World Congress dedica buena parte de su oferta a la aplicación de la nueva tecnología al vehículo de este año. Seat se ha apuntado y ha presentado un sistema de de restricciones para conductores con la versión Cristóbal de su Seat León.
Seat pretende que mientras el coche autónomo no llegue a ser parte de nuestra vida cotidiana, las negligencias humanas seguirán siendo la causa de aproximadamente un 80% de los accidentes de automóvil. Así que la idea del concepto de Seat León Cristóbal está ahí para limitar todos los factores que causen esas negligencias.
Esto se consigue gracias a un coche equipado con cámara frontal (o dashcam), varios sensores en partes clave del vehículo e incluso un alcoholímetro integrado. Todo se gestiona mediante una aplicación móvil con la que el propietario del vehículo puede limitarle ciertos aspectos a otra persona. Situaciones adecuadas para eso pueden ser padres que dejen el coche familiar a sus hijos, o responsables de una empresa que cedan un coche al empleado que tenga que ir a algún sitio.
Con la aplicación puedes aplicar límites como trazar una zona en un mapa para que, en el caso que el conductor salga de ella, el móvil te avise. Y no sólo eso: puedes incluso aplicar restricciones para que si se sale de la zona delimitada la música se apague o se imponga un límite de velocidad máxima de conducción. En otras palabras: hacer que la conducción sea más incómoda y «obligar» en cierto modo a que el conductor vuelva a su zona delimitada. Por supuesto, el propietario puede cambiar la zona permitida de conducción desde el móvil en todo momento.
El control de alcoholemia que el coche lleva integrado también actúa como límite: el Seat León Cristóbal puede no encenderse a menos que el conductor sople. Y si sopla y el control da más que 0.0, el coche se puede bloquear. Los de Seat lo dejan claro en su expositor: nada de conducir si has bebido.
El GPS del Seat León Cristóbal también puede informar de la ruta que ha escogido el conductor con un mapa, marcando todos aquellos puntos en los que ha habido algún comportamiento brusco como un giro de volante o un frenazo. El propietario también puede saber en todo momento todos aquellos momentos en los que el conductor se ha pasado de la velocidad permitida.
El sistema incorpora la llamada «Caja negra» en la que se registra todo lo que la cámara frontal ha grabado, añadiendo información como la aceleración, el frenado o la distancia a la que el coche ha estado en el radar.
Esto no sólo puede servir para informar al propietario del vehículo, sino que también puede ser útil para las aseguradoras o con propósitos legales aunque, advierte Seat, la legislación no está adaptada.
Domingo Labrador