En la lista de espera de Nectome hay un joven magnate de Silicon Valley, Sam Altman, 32 ñoas, cofundador de una de las incubadoras de tecnología más conocidas, YCombinator.
Altman ha invertido 10 mil dólares por la posibilidad de volver a vivir para siempre. Y, como él, otros veinte clientes potenciales de una start-up estadounidense, esperan su turno para que el cerebro «hiberne» y los datos que contiene, sean digitalizados y almacenados en una nube. Con el sueño, un día, de recuperarlos devolviendo la materia gris a la vida.
Esto es lo que intenta hacer Nectome (nombre que sugiera un mapa de la totalidad de las conexiones entre las neuronas de un sistema nervioso). La empresa fue fundada en 2016 por un par de investigadores del MIT, como un procedimiento para «respaldar» el cerebro humano.
Gracias a una solución química, la compañía propone la «criopreservación estabilizada con aldehído», una especie de embalsamamiento, que preserva el cerebro transformándolo en vidrio congelado, preservando la estructura neuronal.
El contenido podría transformarse en un archivo digital, capaz de «vivir» para siempre. Pero para que la metamorfosis tenga éxito, sin dañar las neuronas y las sinapsis, el proceso debe comenzar cuando el cerebro aún está vivo o, como máximo, unos minutos después de la muerte. Y este es el punto más delicado del procedimiento.
Proceso fatal y eutanasia
«La prueba es 100% fatal», dijo el fundador de la startup, Robert McIntyre. Lo que Nectome propone es someter a los pacientes a eutanasia en su etapa final. El procedimiento, identificable como un suicidio asistido, se permitirá en aquellos estados que ya permiten la práctica legal hoy.
La compañía, que acaba de probar el proceso en el cerebro de una mujer justo después de su muerte, ya ha obtenido una financiación estatal de un millón de dólares, más 120 mil dólares de fondos del Altman YCombinator y ganó un premio de 80,000 dólares por preservar el cerebro de un cerdo.
Se trata de una forma muy avanzada de embalsamamiento que conserva no solo los detalles externos sino también los internos y mantiene intactos todos los recuerdos «, dice el sitio web de la compañía: las sensaciones de calor y frío, la experiencia de una cena familiar, la contenido de un libro, la emoción de una puesta de sol.
Pasarán muchos años antes de que la startup pueda ofrecer un servicio completo y seguro. Pero, mientras tanto, los interesados llaman a la puerta y depositan una «fianza» de 10 mil dólares cada uno. Cantidad que podrá ser reembolsada si cambian de opinión sobre el destino de sus cerebros.
D.L.