El Tribunal de Distrito de Moscú ordena «cese inmediato» en Rusia de la popular de aplicación de mensajería Telegram por negarse a entregar las claves de cifrado a la antigua KGB.
El juicio duró menos de veinte minutos y se llevó a cabo en ausencia del equipo de defensa. En La víspera del debate, el director general de Telegram, Pavel Durov, prohibió u sus abogados su participación para «no legitimar un simulacro de P de juicio con su presencia».
Entre las razones aducidas por el tribunal está que las informaciones transmitidas pueden ser meteria de delitos de extremismo, terrorismo y amenazas a Rusia.
Telegram posee 200 millones de usuarios en todo el mundo. Fue creada por Pavel Durov, de treinta y tres años, natural de San Petersburgo, quien hoy vive exiliado en Londres. Su forcejeo con las autoridades rusas dura meses. A Mediados de octubre la justicia rusa multó a Telegram con 18 millones de euros por su negativos a cooperar con los servicios secretos.
La agencia de seguridad había dado 15 días para dar las claves criptográficas «necesarias para descifrar los mensajes electrónicos recibidos, enviados o transmitidos». El término ha expirado, pero Durov no ha cedido. Dúrov afirma que entregar las claves de cifrado seria «técnicamente imposible».
D.L.