Los proyectos buscan el desarrollo de sistemas de detección del SARS-CoV-2 «rápidos y fiables» y se engloban en la iniciativa Fondo Covid-19, que gestiona el Instituto de Salud Carlos III.
Los responsables de los cuatro proyectos han informado de su desarrollo y avances a Duque, en una reunión por videoconferencia, y el Ministerio «se ha comprometido a apoyarles en la búsqueda de sinergias entre ellos y en el proceso de transferencia al mercado de estas técnicas».
El equipo del profesor Rodolfo Miranda de la Fundación Instituto Madrileño de Estudios trabaja en el desarrollo de sensores colorimétricos basados en nanopartículas de oro y oligonucleótidos que permitan detectar la presencia del SARS-CoV-2 mediante un cambio en el color de una disolución o la presencia de color en una tira de nitrocelulosa.
Los responsables trabajan para disponer, a finales de verano, de los procesos desarrollados de forma escalable industrialmente así como para producir en IMDEA-Nanociencia semanalmente 5.000 de estos sensores.
Otro enfoque es el del proyecto que coordinan el profesor Luis Blanco, del Centro de Biología Molecular Severo Ochoa del CSIC, y el doctor Felipe Cortés, del Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas, que parte del uso del fago Phi29 como base de una nueva estrategia para amplificar de manera más rápida las secuencias del virus SARS-CoV-2.
Con esta estrategia se podría detectar el virus en menos de una hora, mediante una sencilla técnica y sin necesidad de equipamiento especializado, agrega la nota.
La profesora Ciara O’Sullivan coordina desde la Universidad Rovira i Virgili un estudio sobre el uso de nanopartículas de oro unidas a anticuerpos para detectar inmunoglobulinas IgG e IgM en test rápidos.
Este proyecto pretende desarrollar un dispositivo de diagnóstico que garantice un tiempo de ensayo de en torno a 15 minutos, con un coste de materiales de aproximadamente un euro, que será fácil y rápido de usar por cualquier persona.
El escalado industrial está ya en marcha con otra empresa española, a la espera de la validación final de la técnica, en lo que sería «uno de los primeros test de nanocarbono en el mundo».
El doctor Felipe Chaves, del Instituto de Investigación Sanitaria del Hospital Clínico de Valencia (INCLIVA), trabaja en un proyecto que busca reducir el tiempo que tarda el método diagnóstico por PCR (la prueba diagnóstica más fiable) en ofrecer los resultados a los profesionales sanitarios.
El Fondo COVID-19, con una partida de 24 millones de euros, ha aprobado ya 127 investigaciones, para las que ha destinado más del 90% del presupuesto.
Los proyectos buscan mejorar a corto plazo el conocimiento del virus y la gestión de la enfermedad que provoca, desde diferentes ámbitos de estudio.
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