En estos términos se ha pronunciado la política catalana esta noche en TV3, en un programa en el que también ha sido invitado el alcalde de Lleida, Miquel Pueyo, de ERC como ella, y quien ha lamentado no haber tenido más tiempo para conocer una decisión que ha generado «mucha inquietud» y «mucho nerviosismo» en su ciudad.
Vergés había viajado ayer a Lleida, después de que se hayan triplicado las personas con COVID-19 ingresadas en el Hospital Arnau de Vilanova y había pedido a los leridanos que bajaran el ritmo de «sociabilización».
Hoy ha reconocido que el gobierno catalán llevaba unos días valorando el confinamiento, pero «no es una decisión que puedas tomar cinco minutos antes de anunciarla».
La consellera ha indicado que la estaban «valorando y trabajando», aunque «hasta que no está cerrada no se puede decir».
Ha dicho entender «muy bien» la preocupación del alcalde de Lleida, con quien ha estado en contacto en las últimas semanas, pero «un anuncio a horas vista, ya vimos lo que pasó en Italia, donde anunciaron un confinamiento con dos días de margen y vimos el éxodo de personas y todo lo que desencadenó aquello fue un problema añadido».
El caso de Lleida lo ve menos grave que el ocurrido en la Conca d’Òdena, en la provincia de Barcelona, el pasado mes de marzo, y lo ha atribuido a diferentes factores como un «aumento grande» de la población en verano, especialmente por la llegada de personas que trabajan en empresas «con mucha actividad y que no viven en las condiciones normales con las que vivimos las personas estabilizadas en el país».
Por otra parte, no ha descartado volver a un confinamiento como el de hace unos meses «si entráramos en unas segundas olas importantes» de contagio por coronavirus.
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