Los investigadores han descubierto que la deformación mecánica de bacterias es un mecanismo de toxicidad que permite matarlas con nanopartículas de oro, lo que podría ser una alternativa a los antibióticos, informa la universidad española.
El oro es un material químicamente inerte -no reacciona ante organismos vivos-, se usa en medicina desde el antiguo Egipto y, actualmente, sirve para visualizar tumores, entre otras aplicaciones.
El equipo investigador ha demostrado que, pese a ser inertes, las nanopartículas del oro no son inofensivas para las bacterias y pueden destruirlas gracias a un mecanismo físico que deforma su pared celular.
Para ello, fabricaron un modelo artificial de membrana celular bacteriana y evaluaron cómo reaccionaba cuando entraba en contacto con nanopartículas de oro sintetizadas en el laboratorio de 100 nanómetros (unas 8 veces menores el diámetro de un cabello).
Ante las nanopartículas, observaron que las bacterias se deforman como si se aspirara el aire del interior de un balón y acaban muriendo, explica Vladimir Baulin, investigador del Departamento de Ingeniería Química de la URV.
Los investigadores apuntan a que la muerte bacteriana parecía haberse producido tras una fuga masiva, «como si la pared celular de las bacterias hubiera explotado de forma espontánea», detalla el investigador.
El resultado de este trabajo puede proporcionar nuevas guías para utilizar materiales antibacterianos universales basados en principios físicos. EFE
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M.M.