Así lo precisaron ambas agencias de la ONU a través de una declaración conjunta de la directora ejecutiva de Unicef, Henrietta Fore, y del director general de la OMS, el doctor Tedros Adhanom Ghebreyesus, en la que agregaron que, de los 128 millones de dosis de vacunas administradas hasta ahora, más de tres cuartas partes de las vacunaciones han tenido lugar en sólo 10 países, que contabilizan el 60% del PIB global.
“Esta estrategia contraproducente tendrá un coste en vidas y medios de vida, dará al virus más oportunidades de mutar y burlar a las vacunas, y debilitará la recuperación económica mundial”, advirtieron, al tiempo que hicieron un llamamiento a los líderes para que miren “más allá de sus fronteras” y apliquen una estrategia de vacunación que pueda acabar con la pandemia y “limitar” las variantes del virus.
Para garantizar que el despliegue de vacunas del mecanismo Covax comience en todos los países en los primeros 100 días de 2021, juzgaron “imprescindible” que los gobiernos que han vacunado a sus propios trabajadores sanitarios y población de riesgo compartan vacunas para que otros países más pobres, puedan hacer lo mismo.
Asimismo, solicitaron a los fabricantes de vacunas que distribuyan de manera equitativa el limitado suministro de inmunizaciones; que compartan los datos de seguridad, eficacia y fabricación “de manera prioritaria” con la OMS para la revisión regulatoria y de políticas; que aumenten y “maximicen” la producción; y que transfieran tecnología a otros fabricantes para aumentar el suministro mundial.
“Necesitamos un liderazgo global para aumentar la producción de vacunas y lograr la equidad de la vacunación”, insistieron, al tiempo que puntualizaron que la crisis sanitaria “ha demostrado que nuestros destinos están unidos estrechamente”. “Tanto si ganamos como si perdemos, lo haremos juntos”, sentenciaron.
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