Más fondos para el estudio de fármacos que ralenticen o curen la enfermedad es una de las demandas de los expertos y familiares de afectados con motivo de la conmemoración el 21 de septiembre del Día Mundial del Alzheimer, una enfermedad que afecta a más 900.000 personas en España -un tercio mayores de 85 años- y en la que el diagnóstico precoz es fundamental.
Se trata de una enfermedad neurodegenerativa, que se caracteriza por la pérdida de capacidad intelectual y funcional, unido al envejecimiento y que aumenta en los mayores de 65 años, cuya prevalencia es un 7 % y casi del 50 % en mayores de 85 años según indica la Confederación Española del Alzheimer (CEAFA).
Con motivo del Día Mundial de la enfermedad, el Congreso de los Diputados celebrará mañana, lunes, la jornada «Cero omisiones. Cero Alzheimer», que inaugurará la presidenta de la Cámara Baja, Meritxell Batet, en la que se debatirán reivindicaciones y propuestas para mejorar la calidad de vida de pacientes y familias.
Además, los expertos subrayarán los beneficios del diagnóstico precoz, incidiendo en que es imprescindible lograrlo para establecer un cambio de modelo en la lucha contra el Alzheimer.
Según la Fundación Pascual Maragall, al Alzheimer es responsable del 75 % de demencias que se registran en España, una cifra que podría duplicarse en 2050 en España sino se encuentran tratamientos modificadores.
La demencia genera unos costes de 24.000 euros por enfermo, que asume en un 87 % la familia del afectado, asegura la Fundación, que cifra en 21.000 millones de euros el coste anual de la enfermedad en nuestro país.
Por su parte, Sanitas Mayores, que han lanzado el estudio «Cuidados de la persona con alzheimer tras la pandemia por COVID-19», revela que el 71 % de los cuidadores de estos enfermos reconoce no tener la preparación suficiente, lo que muchas veces llega a producir frustración.
El estudio indica que a las dificultades de cuidar a un paciente de Alzheimer, hay que añadir los efectos en el bienestar emocional del cuidador, ya que un 53 % de ellos cree que ese cuidado y la situación generada por la covid-19 les ha perjudicado emocionalmente y un 65 % opina que tras la pandemia el cuidado es más complicado.
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