Lo han hecho en la jornada «Nuevos desafíos en la lucha contra las resistencias antimicrobianas», celebrada en el Congreso en la que se han presentado los resultados del informe sobre resistencia antimicrobiana elaborado por la consultoría Hiris.
Un problema que ya existía antes de la pandemia de Sars-CoV-2, pero que ahora debe volver a situarse como «uno de los restos del sistema de salud postcovid».
Así lo ha querido dejar claro el jefe de servicio de Microbiología del Hospital Universitario Ramón y Cajal, Rafael Cantón, quien ha avisado del «impresionante» impacto tanto en la carga de enfermedad como en el económico que tiene la resistencia a los antibióticos, que dispara los costes médicos, las estancias hospitalarias y la mortalidad.
La resistencia antimicrobiana es la capacidad que tienen las bacterias, virus, parásitos y hongos de mantener su crecimiento o viabilidad en presencia de un antibiótico que anteriormente sí servía para contrarrestarlos o eliminarlos. «El uso del medicamento de por sí va a dar lugar a las resistencias, pero el mal uso las va a amplificar».
«Sin antibióticos eficaces, los resultados de la medicina moderna se verán seriamente comprometidos», ha señalado el doctor, quien ha recordado que es el uso indebido y excesivo el principal determinante de las resistencias antimicrobianas. «Si no creamos nuevos antibióticos, la gente morirá a los 50 o 60 años como hacia antes», ha advertido.
Los datos en España arrojan 4 millones de personas que padecen infecciones graves y 3.000 muertes atribuibles a las resistencias antimicrobianas, aunque la cifra podría «estar infravalorada», ya que la Sociedad Española de Enfermedades Infecciosas y Microbiología Clínica (SEIMC) calcula más de 35.000 defunciones anuales por bacterias multirresistentes en nuestro país.
«Una cifra 30 veces superior a las producidas en carretera. En 35 años podría superar al cáncer como primera causa de muerte», ha indicado la presidenta de la Comisión de Sanidad, Rosa Romero.
Eso en términos sanitarios, porque en económicos el impacto en 2050 será «similar al de la crisis financiera de 2008».
Para el Ministerio de Sanidad, se trata de un «problema evidente de salud pública», ha afirmado la directora general en este ámbito, Pilar Aparicio, quien ha urgido a la toma de medidas «eficaces y drásticas» para frenarlo.
Y solo mediante «la colaboración multidisciplinar» se podrá mejorar este problema «que nos afecta a todos».
Aunque desde la Sociedad Española de Medicina Preventiva, Salud Pública y Gestión Sanitaria (SEMPSPGS), su presidente, Rafael Ortí Lucas, ha pedido al Ministerio que se tenga en cuenta a estos especialistas en la lucha contra las resistencias antimicrobianas.
Ortí ha afeado que el informe no mencione en ningún momento la posible contribución que podrían hacer medidas de aislamiento y, sobre todo, la implantación de los programas de mejora de la higiene de manos y bioseguridad ambiental, «actividades básicas y necesarias en todo programa de prevención y control de infecciones».
El coordinador del Plan Nacional frente a la Resistencia a los Antibióticos (PRAN) en Salud Humana, Antonio López Navas, ha querido poner de manifiesto alguno de los logros alcanzados desde que se pusiera en marcha esta iniciativa, que se actualizó en 2019.
Desde entonces, ha dicho, se ha reducido un 60 % el uso de antibióticos en salud animal y un 32 % en salud humana, si bien ha pedido tomar con cautela este dato debido a la caída en picado de su prescripción en 2020 por motivo de la pandemia de covid. EFE
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