jueves, noviembre 21, 2024
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Un estudio confirma un aumento de infartos en jóvenes, pero menor mortalidad

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Los resultados se han presentado este jueves en el congreso que la Sociedad Española de Cardiología (SEC) celebra en Zaragoza y se basan en un registro de los 256 pacientes menores de 45 años que ingresaron en la unidad de cuidados coronarios con un síndrome coronario agudo entre enero de 2010 y abril de 2021.

El desarrollo de la aterosclerosis en las arterias comienza en la infancia con el acumulo de grasas, colesterol y otras sustancias y ya en la adolescencia la acumulación de lípidos da lugar a la formación de pequeñas placas fibrosas que, como explica el doctor Diego Félix Arroyo, uno de los investigadores del estudio, «crecerían y se agrandarían, pudiendo sufrir roturas y trombosis, que serían las desencadenantes de los eventos agudos, como en este caso, el infarto de miocardio”.

Lo que se puede prevenir, destacan desde la SEC, es un desarrollo excesivo de las placas de arteriosclerosis, que es lo que acabaría derivando en la enfermedad cardiovascular, y en lo que influyen factores niveles elevados de colesterol (LDL) en sangre, la tensión arterial alta, el tabaquismo, el sobrepeso o la obesidad, y la presencia de diabetes mellitus.

Precisamente el doctor Arroyo atribuye al cada vez mayor volumen de infartos en jóvenes al aumento de los factores de riesgo cardiovascular como los malos hábitos alimenticios y el sedentarismo.

«Evitando estas circunstancias y, en caso de que estén presentes, controlándolas con un estilo de vida saludable, estaremos previniendo que estas placas ateroscleróticas acaben derivando en una enfermedad cardiovascular”, advierte.

Otro de los investigadores, el doctor Carlos Barea apunta a las causas de fallecimiento en este colectivo por infarto, porque aunque no se encontraron factores predictores de mortalidad en el seguimiento o en los reingresos, «sí se correlacionó de forma significativa con la mortalidad hospitalaria el antecedente de dislipemia».

La interpretación de los expertos es que la presencia de dislipemia «condiciona ya una afectación aterosclerótica importante a nivel de todo el organismo, con el correspondiente deterioro a nivel global que esto implica y que podría condicionar un peor pronóstico durante el ingreso hospitalario”, apunta Barea quien incide que además del colesterol también hay que controlar los triglicéridos, porque suelen ser el reflejo de que hay ya una alteración establecida de los lípidos.

De acuerdo con las Guías de Práctica Clínica de la Sociedad Europea de Cardiología, desde la SEC insisten en que el colesterol-LDL (conocido popularmente como colesterol “malo”), cuanto más bajo, mejor, especialmente en personas que ya han sufrido un evento cardiovascular que debería estar por debajo de los 55 mg/dl. EFE

 

M.M.

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