sábado, noviembre 23, 2024
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Los alimentos probióticos ayudan a reducir los efectos adictivos del alcohol

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El estudio, que publica la revista «Frontiers in Nutrition», ha conseguido establecer una relación directa entre las bacterias que viven en el intestino, el cerebro y las conductas adictivas.

Para llegar a esta conclusión, los investigadores han alimentado a un grupo de ratones con una dieta basada en simbióticos, es decir, una mezcla de prebióticos y probióticos que estimula el crecimiento de bacterias beneficiosas en su intestino, y a otro grupo con una alimentación convencional.

Unas semanas después, todos los animales fueron sometidos a una exposición intermitente al alcohol durante veinte días, alternando el consumo de alcohol con el de simbiótico o agua, según al grupo que pertenecían los ratones.

Al acabar este período, los investigadores interrumpieron el suministro de alcohol durante siete días para analizar si los ratones sufrían recaídas en el consumo.

Tras todo el proceso, los resultados demostraron que los animales que habían recibido alimentos prebióticos y probióticos en su dieta mostraban menos recaídas y escaladas menores en la vuelta al consumo de alcohol en comparación al grupo de control.

Este trabajo ha sido llevado a cabo por el Grupo de investigación en Farmacología integrada y neurociencia de sistemas del Instituto Hospital del Mar de Investigaciones Médicas (IMIM-Hospital de Mar) y del CIBER de Fisiopatología de la Obesidad y Nutrición (CIBEROBN), gracias a la financiación del Plan Nacional sobre Drogas del Ministerio de Sanidad.

Según ha explicado la investigadora del IMIM y autora principal del trabajo, Patricia Robledo, «la implementación de una dieta rica en simbióticos puede prevenir una conducta adictiva relacionada con el consumo crónico de alcohol, ya que su ingesta produce cambios en la microbiota intestinal y en determinados neurotransmisores del cerebro”.

El estudio, según sus autores, ha demostrado que existe una comunicación bidireccional entre la microbiota intestinal y el cerebro que puede prevenir los trastornos relacionados con el consumo de alcohol.

Además, los investigadores también aprovecharon para estudiar otros efectos que origina el alcohol, como la conducta o la propensión a padecer problemas mentales.

Para ello, sometieron a los ratones de laboratorio a estudios de conducta para medir las alteraciones anímicas asociadas a la adicción al alcohol, y comprobaron que, aunque las hembras tendían a sufrir depresión, ansiedad y problemas en la memoria, las que habían recibido una alimentación simbiótica eran menos propensas a estos problemas.

El estudio también ha demostrado que los niveles de serotonina, dopamina y noradrenalina en el cerebro de los animales eran susceptibles al estado de la microbiota intestinal, y variaban entre los grupos de ratones.

Así, según la investigadora Neus Pizarro, también autora del trabajo, «modulando la microbiota intestinal se puede incidir sobre la conducta adictiva y no solo en los efectos físicos que puede tener el exceso de alcohol».

Según Pizarro, con esta dieta han conseguido reducir en los ratones los efectos adversos del alcohol sobre la composición de la microbiota intestinal y evitar así su repercusión en el cerebro.

Sin embargo, los investigadores advierten de que mantener una dieta rica en prebióticos y probióticos no es una «pastilla mágica» contra la posibilidad de sufrir una conducta adictiva, ya que el consumo de alcohol provoca un desequilibrio en los microorganismos que viven en el intestino.

«Si modulamos la microbiota intestinal, los cambios se pueden ver reflejados a nivel cerebral a medio y largo plazo, pero en ningún caso se puede considerar el simbiótico una especie de píldora del día siguiente para conductas adictivas», ha puntualizado el coordinador del grupo de investigación, Rafael de la Torre. EFE

 

A.M.

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