Un estudio en 680 sanitarios del área de salud Valladolid oeste inoculados con dos dosis de la vacuna contra la covid ha reflejado que todos generaron anticuerpos, sólo uno no los tenía a los seis meses y sólo el 1,2 por ciento, ocho de ellos, volvieron a contagiarse.
Según ha detallado el Hospital Río Hortega de Valladolid en un comunicado para este trabajo de investigación se realizó el seguimiento durante un año de una cohorte de trabajadores de la salud voluntarios vacunados a principios de 2021, en total 680 profesionales de todas las categorías sanitarias.
Este estudio, publicado en la Revista Europea de Medicina Interna, demuestra la gran eficacia de las vacunas y ha analizado cuatro determinaciones de los anticuerpos generados por la vacuna (inmunidad humoral) a los 2-3 meses, los 6-8 meses, los 9-10 meses y al año de la vacunación.
El estudio prueba que, tras las dos primeras determinaciones de los anticuerpos se ha obtenido una respuesta serológica inicial muy buena, ya que el cien por cien de los vacunados desarrollaron anticuerpos.
Y una buena persistencia de la respuesta, ya que solo uno de los 680 profesionales en seguimiento tuvo títulos negativos a los seis meses de recibir la vacuna.
Además, la gran efectividad de esta medida preventiva se observa también en que solo ocho de los pacientes estudiados, es decir el 1,2%, ha vuelto a dar positivo en covid.
La investigación ha concluido asimismo que haber pasado la infección previamente, junto con la profilaxis, fue el factor predictor de mayor respuesta tras la vacunación.
Ahora, los siguientes retos del estudio son valorar la efectividad real que la vacuna ha tenido entre diciembre de 2021 y enero de 2022 y medir la magnitud real de la sexta ola en términos de nuevos casos detectados o no.
Por otro lado, a largo plazo, la investigación servirá para analizar la persistencia de la respuesta frente al virus en los siguientes meses, tanto a nivel humoral (los anticuerpos) como a nivel celular.
Ello permitirá que se puedan diseñar esquemas con una mejor adaptación de las pautas vacunales a las características propias de cada individuo; teniendo en cuenta variables como la edad, el haber pasado o no la enfermedad previamente o el título de anticuerpos desarrollado.
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