La selección española, considerada en las quinielas como una de las grandes favoritas al título en el Mundial, ha irrumpido en Sudáfrica 2010 con su llegada justo el día del inicio de la competición.
El conjunto de Vicente del Bosque fue el último en aterrizar en suelo sudafricano porque no debutará hasta el día 16 en Durban ante Suiza, y lo hizo pocas horas antes del encuentro inaugural entre Sudáfrica y México.
La ciudad ya era un hervidero, un atasco permanente. La fiesta de las vuvuzelas. Aunque el partido se disputaba a partir de las 16.00 horas en el alejado Soccer City, Johannesburgo estaba plagada de vehículos y de personas apostadas en las acercas de las calles céntricas con las camisetas de su selección.
La selección española, nada más aterrizar en el aeropuerto de la capital después de un vuelo de casi diez horas durante toda la noche, tomó otro avión con destino a Potchefstroom, la localidad en la que instaló su cuartel general para todo el Mundial salvo cuando viaje a las ciudades en las que disputará los partidos.
Situada a 120 kilómetros al sudoeste de Johannesburgo, es una pequeña ciudad universitaria, situada en los márgenes del Río Mooi. Fue fundada en 1938, el asentamiento más antiguo de descendientes europeos y la primera capital de la República de Sudáfrica.
Conocida como la ‘Casa del Deporte’, Potchefstroom ofreció un cariñoso y simpático recibimiento. Las autoridades locales ofrecieron una colorista y emotiva bienvenida a los internacionales en el Campus de la Universidad del Noroeste, su residencia en este Campeonato del Mundo.
El alcalde de la ciudad, Andrew John Maphetle, agradeció a la Federación Española de Fútbol (RFEF) la elección de Potchefstroom como sede de su concentración. «Esperamos que nuestras gentes sean muy cariñosos con los integrantes de la Selección Nacional de España. Llevamos muchos días esperando vuestra llegada. Los niños, los más jóvenes, no paraban de preguntar cuando vendrían Torres, Puyol, Iniesta,… Espero que correspondáis a ese cariño con muchos triunfos, firmó.
La recepción acabó con varias actuaciones musicales de grupos locales, ataviados con vestimentas típicas de la zona, que ofrecieron un concierto con ritmos tribales y un espectáculo de percusión por parte de unos jóvenes que fue del agrado de los internacionales españoles, que se rieron y disfrutaron de la actuación.
Primer entrenamiento en Sudáfrica
A continuación los internacionales se instalaron en una de las residencias de la Universidad para descansar y preparar el primer entrenamiento en Sudáfrica, en el que trabajó a parte el barcelonista Andrés Iniesta tras la lesión sufrida en el último amistoso contra Polonia en Murcia.
Iniesta sigue, como estaba previsto, un plan específico de recuperación y aunque no está descartado es difícil que pueda estar a punto para jugar contra el conjunto helvético en el estreno.
El edema que sufre en el muslo derecho no es importante, pero las anteriores lesiones musculares sufridas por el jugador de Fuentealbilla hacen imprescindible la prudencia.
La sesión preparatoria dejó otra cosa muy clara: la seguridad es tremenda. Había prácticamente un agente por persona alrededor del terreno de juego, al que acceder era una misión de paciencia y de insistencia.
Los internacionales trabajaron con suavidad a las órdenes de Del Bosque y comprobaron que la temperatura por la tarde (anochece poco después de las 17.00 horas) es bastante fresca.
La sesión terminó con una nueva muestra de cariño de un centenar de jóvenes que, apostados en el graderío con banderitas españolas, dedicaron canciones tribales y se animaron a pronunciar en castellano el nombre de España.
El equipo de Del Bosque tuvo tiempo para, tras el entrenamiento, ver por televisión el encuentro Uruguay-Francia y el sábado, a partir de las 10:30 tendrá su segunda sesión en Potchefstroom.