La selección española, que se enfrenta este viernes a Chile en el último encuentro de la primera fase del Mundial con la obligación de ganar para continuar en la competición, tendrá que sobreponerse a la ‘maldición’ que persigue al campeón de Europa en las últimas citas mundialistas.
España, que se proclamó campeona de Europa hace dos años al imponerse a Alemania por 1-0 en la final del torneo que se disputó en Suiza y Austria, tiene por delante el reto de emular a la propia selección alemana, la única que ha podido romper el maleficio de que ningún campeón europeo ganara un Mundial.
Alemania consiguió hacerlo en los años setenta cuando se proclamó campeona de Europa en 1972 en el campeonato disputado en Bélgica y más tarde repitió éxito en el Mundial, celebrado en su país en 1974.
Desde entonces, ninguna otra selección ha sido capaz de hacer nada similar. Checoslovaquia ganó en 1976 y Argentina conquistó el Mundial en 1978 y Alemania se impuso en la Eurocopa de 1980, pero fue Italia la que se alzó con el título mundial en 1982.
Más tarde, Francia ganó en 1984 y en el Mundial del 1986 lo hizo Argentina. En 1988 fue Holanda el campeón de Europa y Alemania conquistó el Mundial del 90, mientras que Dinamarca ganó el título continental en 1992 y el título mundial fue para Brasil en 1994.
Alemania se impuso en 1996, pero Francia ganó su mundial en 1998. Francia logró el título de Europa en el 2000 y Brasil ganó en el 2002 en Corea-Japón. Finalmente, Grecia se impuso en 2004 e Italia en 2006.
El resto de campeones de Europa como la Unión Soviética en 1960, España en 1964 y Francia en el 1968 tampoco pudieron conquistar el mundial dos años más tarde.