La unión hace la fuerza y así quedado demostrado en el tándem TV3-TVE. Las dos cadenas públicas se han unido y han conseguido los derechos de transmisión en directo de la Liga de Campeones para las temporadas 2012/2013, 2013/2014 y 2014/2015. A la cadena de Vasile le costado un disgusto la pujanza de TVE y ha presentado una demanda contra el ente público ante la Secretaría de Estado de Telecomunicaciones, dependiente del Ministerio de Industria, por «sobrepujar» por los derechos de emisión en abierto.
TVE y TV3 emitirán cada martes el único partido en abierto durante ese período. El acuerdo permitirá a ambas cadenas elegir el mejor partido de la jornada para ofrecerlo en exclusiva, en abierto y gratis. De este modo los espectadores podrán disfrutar durante cada temporada de la emisión de 16 partidos (2 de la primera fase, 6 de la liguilla de grupos, 4 de octavos de final, 2 de cuartos de final y 2 semifinales), además de la final de la Champions y la Supercopa de Europa.
Los derechos además incluyen la emisión de los programas resumen del resto de partidos de las jornadas del martes y del miércoles y un magacín semanal con toda la información sobre la Champions.
Telecinco se mosquea
En un comunicado, la cadena de Fuencarral ha solicitado a la Secretaría de Estado de Telecomunicaciones que requiera a RTVE para que retire la oferta por los derechos de emisión de la Champions al considerar que vulnera la Ley 8/2009 de Financiación del ente público y la Ley General de Comunicación Audiovisual al «sobrepujar» frente a competidores privados «por la adquisición de contenidos de gran valor comercial».
La privada ha recordado que la cadena pública ha presentado una segunda oferta para la adquisición de los derechos de emisión en abierto de los partidos de la Champions «a sabiendas de que otros operadores privados habían presentado igualmente propuestas para su adquisición».
En opinión de la cadena que dirige Paolo Vasile, del mismo modo que se imponen a los operadores privados contraprestaciones por la prohibición a RTVE de emitir contenidos publicitarios y por la utilización de un bien público «se deben imponer contrapartidas a RTVE a cambio de la garantía de su estabilidad presupuestaria y para no distorsionar los principios de la competencia».
«Y esas contrapartidas -ha argumentado- no pueden ni deben ser otras que reforzar el carácter de servicio público de RTVE en sus contenidos y en su gestión, con obligaciones adicionales a las impuestas al conjunto de los operadores privados y a las ya establecidas en la normativa reguladora de la radio y la televisión de titularidad estatal».