Del mismo modo que el Camp Nou acogerá esta noche dos visiones opuestas de un mismo deporte, un restaurante barcelonés ha acogido este martes la último almuerzo entre directivas de Barcelona y Real Madrid, tras una tensa semana marcada por las denuncias mutuas de ambas instituciones ante la UEFA.
Como metafóricamente indica el nombre del restaurante escogido para la cita por el FC Barcelona, ‘The Mirror’, el espejo, la relación entre ambos clubes se encuentra en un punto de antagonismo máximo, como consecuencia de una agotadora serie de cuatro partidos seguidos entre los dos máximos exponentes de la rivalidad en el fútbol español.
La comida de directivas, prevista para las 14:30 horas, ha congregado a más de medio centenar de medios de comunicación, una expectación que ha provocado que muchos curiosos fueran acercándose a los alrededores de este restaurante situado en pleno Ensanche barcelonés.
Muchos de ellos portaban camisetas del equipo azulgrana, una estampa que se está repitiendo en muchas zonas de la ciudad ante el trascendental partido, mientras que algunos vecinos de los edificios cercanos han empezado a desplegar banderas azulgranas y «senyeras» catalanas.
Incluso un espontáneo ha aprovechado la presencia de cámaras de televisión para dejar en el suelo un cartel donde podía leerse «Prohíben ir desnudo, cuando nos tienen en pelotas», posiblemente en referencia a la normativa del Ayuntamiento barcelonés que pretende regular las normas de civismo y vestimenta mínima en la capital.
El primer directivo en llegar al «The Mirror» ha sido el presidente azulgrana, un sonriente Sandro Rosell, que acompañado de dos directivos ha accedido al restaurante entre aplausos de aficionados, que han instado al mandatario a «dar caña» al Real Madrid y a su presidente.
Más curiosa ha sido la llegada del directivo barcelonista Amador Bernabeu, recibido inicialmente entre abucheos al ser su coche confundido con el del presidente madridista, Florentino Pérez.
Y por fin, media hora después de la llegada de Rosell, la directiva del club madridista ha llegado al restaurante en un autocar, justamente cuando más aficionados se habían acercado a las inmediaciones, ya que había corrido la voz que la llegada de Florentino Pérez estaba a punto de producirse.
En medio de una sonora bronca, insultos y abucheos de todo tipo y grado, Florentino ha sido el primero en bajar del vehículo. Solo un valiente se ha atrevido a saltarse el cordón de seguridad y periodistas que flanqueaban al presidente, portando una camiseta de Iker Casillas en la mano para que el presidente blanco se la dedicara.
Uno a uno, los directivos madridistas han ido desfilando, hasta un total de once, además del máximo dirigente blanco. Fernández Tapias, Fernández de Blas, Aguado, Gómez Montejano, Enrique Pérez, Cerezo, López Jiménez, Santamaría, Ronda y Otero han acompañado a Florentino en este almuerzo. El último en salir, el director general Jorge Valdano, ha provocado que los insultos ganaran decibelios.
Un comensal más que los del bando azulgrana. Rosell ha estado acompañado de los directivos Jordi Mestre, Ramon Pont, Ramon Cierco, Javier Faus, Jordi Cardoner, Amador Bernabeu, Josep Ramon Vidal-Abarca, el director de fútbol Raul Sanllehí, el director general Antoni Rossich y el responsable de relaciones con la UEFA David Bellver.
Una vez dentro, ambas directivas han podido degustar un menú compuesto por viera a la Parmentier, arroz «socarrat» con gambas y espardeñas, mero con calamares y pastel de limón. Este restaurante, especializado en arroces y mariscos, ofrece habitualmente platos entre 14 y 38 euros, con un menú del día que alcanza los 70 euros sin café incluido, quizá la mejor manera de evitar más tensiones de cara al último de los cuatro clásicos.
Estrella Digital/EFE/Àlex Cubero