El nadador estadounidense Ryan Lochte sumó este jueves su segunda medalla de oro en los Mundiales de Natación, que se están disputando en Shanghai (China), y lo hizo a lo grande, batiendo a su compatriota Michael Phelps una vez más y también el récord del mundo.
Lochte ya había frustrado el pasado martes al de Baltimore en los 200 metros libres, saliendo airoso de un duelo que en esta ocasión fue incluso mejor y que le sirvió al campeón para defender con éxito su título de hace dos años y para rebajar la plusmarca mundial, la primera que cae en la piscina china.
El americano ganó su segundo título con una espectacular marca de 1:54.00, rebajando en 14 centésimas la que poseía desde hace dos años en Roma y que fue suficiente para dejar sin un nuevo metal dorado a un ‘humanizado’ Phelps, que sólo ha saboreado un oro de cuatro posibles.
La prueba fue un bonito mano a mano entre los dos estadounidenses desde que ambos saltaron al agua. El 14 veces campeón olímpico sólo pudo dominar los primeros 50 metros, los que se nadaron a mariposa, su disciplina favorita y en los que proclamó campeón del mundo este miércoles.
El de Baltimore aventajaba en tan solo seis centésimas a Lochte, que recuperó todo el terreno perdido en la espalda y en la braza, afrontando los últimos 50 metros a ‘crowl’ con 29 centésimas de ventaja. Una nueva ‘final’ de libre, que se decantó del lado del campeón mundial de los 200 libres por 16 centésimas, mientras que el bronce era para el húngaro Laszlo Cseh, que ganaba la ‘otra’ final y concluía a más de tres segundos y medio.
Éste es el primer récord del mundo que se bate en piscina larga, de 50 metros, desde la prohibición en 2010 de nadar con bañadores fabricados con derivados del plástico.
Estrella Digital/EP