El mundo entero se quedó helado al ver como el piloto de Moto GP perdía la vida sobre el asfalto de Malasia. Ante la pantalla, la novia de Simoncelli, Kate, que observaba absorta cómo perdía a su gran amor y con el que acababa de irse a vivir dispuesta a formar una familia.
El propio Simoncelli decía de ella que era el amor de su vida. La joven y el piloto llevaban juntos más de cinco años. Una preciosa historia de amor que comenzó en 2006 en Riccione, una localidad cercana al pueblo natal de Simoncelli.
Lo suyo fue un auténtico flechazo y pesar de que ambos eran muy jóvenes, su relación se consolidó muy pronto. De hecho hacía pocos meses que habían decidido dar un paso más yéndose a vivir juntos y con planes de formar una familia.
Kate se había convertido en una incondicional de las carreras de su novio. Incluso era ella llegó a ser un miembro más del equipo: la encargada de sujetarle el paraguas antes de empezar la carrera.
Malasia no fue una excepción y Fretti estuvo junto a su chico tapándole el sol instantes antes de que comenzase el circuito. Mientras él dedicó sus últimas bromas a la cámara publicitando su nueva página de Internet, ella le miraba sonriente.
Minutos después su novio tuvo una caída mortal y tras 45 angustiosos minutos en los que Kate no se despegó de las pantallas, se comunicaba que el piloto no había podido superar el brutal accidente.
La noticia de la muerte de Simoncelli dejó en shock a todo pero en especial a sus padres y a Kate Fretti, que no se separó ni un segundo de sus suegros que todavía no se podían creer que Marco se hubiera marchado para siempre
Redacción