Arantxa Sánchez Vicario desató la polémica con la publicación de sus memorias en las que afirmaba que sus padres la arruinaron. Tras pronunciarse su hermano y sus padres al respecto desmintiendo las acusaciones, Arantxa prometió que daría una rueda de prensa para dar explicaciones y así lo ha hecho.
La extenista no ha admitido preguntas y se ha limitado a leer un comunicado entre lágrimas. «Intenté con todas mis fuerzas solucionarlo por las buenas y que todo quedase en la familia».
«Soy la misma persona de siempre, sólo que ahora decido lo que quiero decir. No quiero esconderme y fingir una relación que no existe. No soy desagradecida, siempre he agradecido a mis padres su apoyo. Todos los padres hacen lo mejor para sus hijos, sin embargo conmigo han ejercido un control y una protección que me han anulado en muchos momentos cruciales de mi vida», manifestó en rueda de prensa.
«De las relaciones con mi familia no puedo hablar, son mis abogados los que están haciendo su trabajo. ¿Puede alguna persona pensar que yo no quería resolverlo todo por las buenas y que se quedara en la familia? Lo he intentado con todas mis fuerzas», espetó.
En este sentido, lamentó también el control de sus padres sobre su vida y ganancias fruto de su laureada carrera deportiva. «Mi recorrido profesional, a lo largo de diecisiete años, ¿no es suficiente para demostrar mi personalidad y capacidad para gestionar mi carrera en el circuito? Es ahí donde se gana el respeto y reconocimiento de un profesional», apuntó.
«Os podéis imaginar lo doloroso que ha sido decidir publicar mis memorias, pero tenía una necesidad vital y no podía seguir simulando una relación inexistente. Explico cómo he luchado y conseguido mi carrera profesional en el mundo del tenis, también comento lo que más me gustaría poder realizar en el mundo del tenis. He asumido mi primer compromiso al aceptar ser capitana del equipo femenino de la RFET», desveló sobre el contenido del libro.
También tiene unas palabras para sus hermanos. «Mis hermanos se han casado con quien han querido, ¿pueden ellos decidir con quién debo yo compartir mi vida?».