viernes, octubre 4, 2024
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«Si Esperanza no quería pitos, ahora habrá más»

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Madrid hoy es una fiesta. A las diez de la noche comienza la final de la copa del Rey entre el Athletic de Bilbao y FC Barcelona, pero horas antes, los hinchas de los dos equipos llenan las calles de la capital y convierten el centro de la ciudad en un río de rojiblanco perlado de blaugrana. Y es que, al mediodía, la calle Postas, en el Madrid de los Austrias era un hervidero de seguidores del Bilbao que no dejaban de entonar cánticos a favor de su equipo.

En medio de un ambiente festivo y tranquilo, Juancar, un hincha del Athletic, nos cuenta que el día está transcurriendo muy bien porque «no hemos coincidido con Esperanza», apunta. Era de esperar. Las declaraciones de la presidenta  de la comunidad de Madrid sugiriendo que, si se pita mientras suena el himno o al Príncipe, el partido debería suspenderse o celebrarse a puerta cerrada, flotan entre los aficionados de los dos finalistas.

«Yo no iba a pitar, pero ahora sí», dice su amigo Ibón. Gotzon, más calmado, cree que Aguirre pronunció esas palabras para «desviar la atención». «Hay temas de los que no quiere que se hable», apunta su amigo Juancar, como Bankia o el déficit. «Si no es así, tiene un problema grave». «Van a hacer un fuego y ella echa la gasolina», se anima Gotzon. Hablan entre risas, ataviados con la camiseta de su equipo. Seguros de que los suyos ganan a juzgar por sus apuestas: 1-0, 3-2 y 2-1 (el partido se disputa en el estadio Vicente Calderón y el Athletic de Bilbao juega como local).

El accidente del Rey Juan Carlos en Botsuana también está presente, pero de una forma más lúdica. «El Rey no tiene la culpa de nada» dice Ibón, «bastante tiene con el elefante».

«Vamos a cantar la canción de Un elefante se balanceaba…«, comenta Itziar mientras sus amigas, Susana, Amaia e Idoia entonan la letra entre risas. Las cuatro coinciden con los chicos en que la sugerencia de Aguirre tenía el objetivo de «desviar» la atención de otros temas «más importantes». Igual que están de acuerdo con que esas palabras de la presidenta tendrán un efecto rebote: «Si quería que no pitáramos, ahora lo haremos con más fuerza», señala Itziar.»Como diría Jesulín, en dos palabras: Im-presentable», apostilla Susana.

Las mismas ganas de pasarlo bien tienen los hinchas del FC Barcelona, aunque en la calle Postas son minoritarios. Jordi, Ricard y Xavier son una pequeña isla blaugrana en mitad de un océano rojiblanco, pero ni eso resta un ápice a su ilusión por el partido. Ellos lo tienen claro: Pep y sus pupilos se llevarán la Copa del Rey a casa: 0-3, 0-2 y 2-3 son sus pronósticos.

Hinchas de uno y otro equipo apuestan por los suyos. El resultado les separa. Esperanza Aguirre los une. «Básicamente es una cortina de humo», señala Xavier. «Ésa no es la opinión de Madrid. Ni siquiera la de la propia presidenta. Es lo que le interesa ahora», añade Jordi. Para Ricard, lo que se diga en Madrid no tiene mucha importancia: «Iba a pitar antes y lo haré ahora».

Aún queda día para que las calles se vacíen y los seguidores del Bilbao y el Barça llenen las gradas del Calderón. Serán horas en las que los seguidores afinarán sus gargantas para que, a partir de las diez, sus voces sean el jugador número doce de su equipo. De momento, con tranquilidad, sin incidentes. Tan sólo con la locura, -controlada-, que puede suponer que tu equipo gane la Copa del Rey.

Cristina Rodríguez

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