El Racing de Santander se juega hoy su futuro, pero no en el terreno de juego, sino en un juzgado, donde han sido citados los acreedores para decidir si aceptan el convenio que hay sobre la mesa para mantener la sociedad a flote o rechazan la propuesta y la entidad termina en la liquidación.
La Junta de Acreedores, convocada por el Juzgado de lo Mercantil número 1 de Santander, comenzará a las nueve y media de la mañana en el salón de actos del Tribunal Superior de Justicia de Cantabria (TSJC). Eso, siempre y cuando concurran acreedores que representen al menos el 50 % de las deudas de la entidad.
Los asistentes deberán decidir si aceptan o no el convenio que se propone para garantizar la continuidad del club y, al mismo tiempo, hacer frente a parte de sus deudas.
Esa propuesta de convenio la han presentado un grupo de 30 acreedores, en su mayor parte jugadores del primer equipo, y cuenta con el respaldo de los administradores concursales que, pese a hacer algunos matices, consideran que es la mejor salida.
El Real Racing Club tiene una deuda con sus acreedores que se acerca a los 48 millones de euros y no dispone de recursos suficientes para hacerla frente, de ahí que solicitara el concurso de acreedores, en el que está inmersa la sociedad desde julio de 2011.
El futuro depende ahora de esos acreedores. Si apoyan el convenio, el Racing mantendrá su actividad, pero si no prospera la propuesta, entraría en liquidación, la peor opción según reconocen los administradores concursales, porque en ese caso los acreedores tendrían pocas posibilidades de recuperar su dinero.
La propuesta de convenio plantea a los acreedores la posibilidad de acogerse a dos posibles fórmulas de pago, en ambos casos, renunciando a parte de las cantidades adeudadas.
La primera opción es que hagan una quita del 50 % de la deuda y, por lo tanto, solo cobren la mitad de lo que se les debe. En ese caso, la devolución del dinero comenzaría el tercer año tras la aprobación del convenio y se realizaría en tres pagos (los dos primeros del 20 % cada uno y el resto en el tercer pago).
La otra posibilidad que se da es que los acreedores renuncien solo al 30 % de la deuda con el club y el resto lo conviertan en un préstamo participativo a quince años.
El propio convenio estima que la mayor parte de los acreedores (el 70 %) optará por la primera opción y el resto (un 30 %) se quedará con la del préstamo participativo.
Con ello, se calcula que de los casi 48 millones de euros de deuda, el Racing solo tendrá que devolver a los acreedores 32,7 millones.
El convenio se acompaña de un plan de viabilidad para el club y un calendario de pagos que también han recibido el visto bueno de los administradores.
Ahora bien, advierten de que la situación del Racing es «precaria» y de que el descenso a Segunda División complica las cosas, porque habrá menos ingresos.
Por eso, sugieren distintas medidas para garantizar la viabilidad, desde ajustes de personal -rescindiendo contratos-, hasta ampliaciones de capital por parte de los socios.