lunes, noviembre 25, 2024
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Alonso pretende reafirmar el dominio del Ferrari y Vettel quiere resarcirse

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El piloto español Fernando Alonso (Ferrari) busca este fin de semana superar el número de victorias en la Fórmula 1 de Nigel Mansell, al que empató en triunfos con una exhibición en el Gran Premio de China, en el que la escudería italiana demostró que su monoplaza vuelve a encontrarse al máximo nivel y que puede disputar el Mundial a los Red Bull.

Sólo una carrera ha provocado que cambien las tornas. El polémico triunfo de Sebastian Vettel en Malasia abría fisuras en su relación con su compañero en Red Bull, Mark Webber, y se esperaba que la escudería británica cerrara filas en China. Sin embargo, en la esperada fiesta se coló el Ferrari de Alonso, que reapareció con una victoria después de seis meses para demostrar que puede competir con ellos.

Las sensaciones con las que se llega a Bahréin son completamente diferentes. La alegría que se vive en Ferrari es «un orgullo para la tecnología italiana», como decía tras la carrera su presidente, Luca Cordero di Montezemolo, mientras que en Red Bull todo son malas caras. El fallo en el depósito de combustible de Webber en la calificación, unido al choque del australiano con el Toro Rosso de Vergne y a la tuerca mal puesta que le costó el abandono, va en conjunto con la mala estrategia de Vettel en la jornada del sábado, que le llevó a una remontada imposible que le hizo terminar cuarto.

Detener la progresión de los Ferrari

Por esta razón, en la escudería británica se necesita dar un golpe encima de la mesa para detener la progresión de los Ferrari, que han mejorado considerablemente en las calificaciones con respecto a la temporada pasada y llevan dos podios en tres carreras, lo que ha llevado a Fernando Alonso a situarse en la tercera posición del Mundial, pese al abandono en Malasia.

El asturiano está satisfecho con la evolución del monoplaza. Ya dejaba claro en el podio de China que en «buena posición» de cara al campeonato, aunque Stefano Domenicalli ha preferido calmar los ánimos tras el pequeño favoritismo que ha tomado Ferrari. «Podemos tomarnos China como un punto de partida. En un campeonato que es tan largo que tiene equipos y pilotos tan fuertes, esto nos da esperanza, pero nada más», indicaba el director de la escudería.

Contrarresta en gran medida con la situación que se vive en Red Bull. Cuando se gana, reinan las malas caras, y cuando no se consigue una buena actuación, reina el caos. En el ‘box’ existe una preocupación excesiva por la degradación de los neumáticos, sobre todo viendo el control que está llevando Ferrari sobre este aspecto. El anuncio de Pirelli de descartar los blandos y endurecer sus compuestos para este fin de semana ha sido una noticia bien recibida en el seno de Red Bull.

Raikkonen quiere sorprender en territorio Ferrari

El piloto finlandés de Lotus, Kimi Raikkonen, vuelve a llegar a un Gran Premio como el gran tapado. Pese a sus dos podios en las tres carreras disputadas, el nórdico llega a un circuito que ha dominado Ferrari habitualmente. Las tres victorias de la escudería italiana, unidas a los tres triunfos de Alonso en el Golfo Pérsico, los sitúan como máximos favoritos, algo contra lo que tendrá que luchar el finés.

Tampoco lo tendrá fácil Lewis Hamilton (Mercedes). El británico llega crecido después de conseguir un gran tercer puesto en China, dejando a las puertas del podio a Vettel. Además, el de Mercedes suma dos podios consecutivos y demostró en Shanghai que tiene un coche potente como para repetir la ‘pole’ en Bahréin.

Pero todo queda ensombrecido ante la inquietud existente ante los conflictos que hay en el país. Aunque Bernie Ecclestone ha garantizado la seguridad de los pilotos y la celebración del Gran Premio, la explosión de un coche bomba el pasado domingo por parte de un grupo terrorista ha sembrado la incertidumbre.

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