sábado, noviembre 23, 2024
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Los leones rugen para retrasar el alirón culé

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El Athletic Club logró sacar un empate en la última visita del Barcelona (2-2) a La Catedral, donde un tanto ‘in extremis’ de Ander Herrera frustró la sensacional segunda mitad con que Messi acercó el alirón, por lo que la necesidad del descenso y de brindar una gran última actuación a su afición se impusieron a las prisas por proclamarse campeón en la trigésima tercera jornada de Liga BBVA.

La lluvia aun no embellecía la contienda cuando el Athletic Club salió decidido a amargar la visita oficial número cien de los hombres de Tito Vilanova a San Mamés. La presión adelantada y el encomiable trabajo de ‘los leones’ intimidaron a un Barcelona desconocido, sin Messi, que padecía aun los vértigos que ocasionó el partido de Liga de Campeones en la capital germana.

No tardaron mucho los blaugranas en darse cuenta de lo difícil de la empresa. Cantar el alirón, el vigésimo segundo, a la espera de la disputa del ‘derbi’ madrileño, exigía romper los férreos esquemas trazados por Marcelo Bielsa. Esas líneas del argentino permitieron a su equipo robar la pelota al líder e inquietar la meta de Valdés en varias ocasiones. Fue así como Muniain y De Marcos combinaron para que Aduriz, en su vuelta al once, marrara lo que San Mamés cantó como gol.

El balón corría. Los jugadores se resbalaban. No hubo pausa posible en una primera mitad que exigió quedar exhausto a ambos protagonistas. Song ya estaba refugiado como tercer central. Sin embargo, el Barcelona salió del ensueño de la mano de Xavi y Thiago. Ambos cogieron la manija para restaurar el orden natural. Con el Barcelona desplegando su juego habitual, Alexis, muy activo, se encontró con la madera en una diagonal que inició desde la frontal. Le siguieron un disparo de Song y otro de Xavi.

Un nuevo jarro de agua fría se vertería sobre los catalanes cuando más cómodos estaban. Aritz Aduriz encaró a Piqué dentro del área. Se zafó con una bicicleta que casi deja en el suelo al central. El balón llegó a Markel Susaeta que, libre de marca, se lanzó al suelo para abrir el marcador. San Mamés rugió. Se ganaba al Barcelona, algo siempre relevante según su técnico. Además, la fúnebre sombra del descenso se alejaba. El propio Aduriz pudo ampliar la ventaja con un cabezazo que falló incomprensiblemente antes del descanso.

Messi como elemento diferencial

Las dificultades para mover el balón y acercarse a la meta de Iraizoz concluirían con la salida de Messi. Pensando en el campeonato, pero sin perder de vista la ‘Champions’, Tito llamó al ariete argentino, que sustituyó al mariscal Xavi Hernández. La salida del rosarino cambió el partido. El larguero de libre directo de Susaeta quedó atrás. También la acongoja. Ahora el líder golpeaba de todas las formas posibles.

Para acercarse un poco más al alirón, Messi dibujó una jugada impensable para ganarse el elogio de todos y colocar el empate. Bailó en un palmo a Herrera, Gurpegui y San José para después ajustar el balón a la madera. El gol, y Messi, hicieron menos feroz al Athletic, con dudas. Dos minutos después, Messi remataría sin fortuna de cabeza un balón que llegó a Alexis para que éste hiciera efectiva la remontada. Los locales se desdibujaron, cedieron espacios. Mientras, el Barcelona crecía y no dejaba de lanzar golpes desde todos los flancos.

Entretanto entró en el campo Iniesta bajo una severa pitada de San Mamés. La cuenta atrás y la reacción de Bielsa, consciente de su próxima visita a Vigo, devolvieron al Athletic su arrojo. Con todo corazón, los rojiblancos se lanzaron a por el empate. El premio acabó por llegar en el último minuto. Un centro de De Marcos precedió la volea de Herrera para bajar de las nubes al líder, que deberá pelear una jornada más para proclamarse campeón.

Estrella Digital/EP

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