El Rayo Vallecano y Osasuna empataron (2-2) en el partido que inauguró la trigésimo tercera jornada de la Liga BBVA, en un duelo que no define la lucha europea de los franjirrojos, ni la salvación para los pamplonicas, que todavía tendrán que seguir remando para guardar la categoría. El Rayo fue fiel a su discurso y pronto encontró premio. Los de Paco Jémez, con la motivación de jugar en Europa el próximo curso, buscaron la meta contraria a través de Piti, el mejor de los locales. Así, fruto del fútbol rayista llegó el primer tanto del partido. Delibasic resolvió de cabeza un centro medido de Lass.
El escenario era inmejorable para los madrileños que, ‘ipso facto’, recibieron un doble bofetón que mandó al traste su ventaja. Primero fue Loe, tras una jugada que culminó con mucha tranquilidad, y cinco minutos después Arribas -que pidió perdón a la afición por su pasado franjirrojo– firmó el 1-2 al cuarto de hora del envite.
El Rayo perdió, en ese momento, toda su efervescencia e intentó mejorar sus prestaciones defensivas. Osasuna, más conservador, decidió guardar la exigua renta hasta el descanso, algo que consiguió por la buena actuación de su portero, Andrés, que detuvo dos lanzamientos de José Carlos, el sustituto del lesionado Lass, que dejó el campo a los 20 minutos.
Así ocurrió en la segunda mitad, que el conjunto de la barriada madrileña adelantó filas y buscó el fútbol de bandas para buscar las cosquillas de la zaja rojilla. El ‘Chori’ Domínguez, otro de los destacados, cedió el cuero a Piti, que no falló a puerta vacía para poner las tablas. El Rayo era otro y estaba decidido a buscar la victoria.
A partir de ahí volvió a aparecer José Carlos, muy activo por el costado derecho y también Trashorras, que fue clave para contener las contras de Osasuna. Los de Jémez, que sólo han empatado tres partidos en la Liga, no querían añadir el cuarto a su casillero y demostraron la ambición que les ha caracterizado esta temporada.
Un doble disparo del ‘Chori’ Domínguez y un control de Piti, que se quiso adornar en exceso, fueron las últimas balas de un Rayo que apretó para llevarse la victoria, pero se quedó muy cerca. De esta forma, Osasuna y Rayo deberán seguir peleando por sus respectivas metas. Unos mirando al cielo y otros, para escapar del infierno.