Se le echaba de menos en la final de la NBA pero reapareció en un partido en el que su equipo no podía perder, si no quería ir con muy pocas posibilidades de éxito a Miami. Manu Ginobili celebró su titularidad, supliendo a Splitter, con una excelente actuación en el quinto choque de la final de la NBA, en el que los suyos se impusieron por 114-104, para situar el 3-2 a favor en la eliminatoria.
El argentino volvió a lucir su muñeca y su habilidad para las penetraciones por donde parece imposible entrar, firmando 24 puntos y nada menos que 10 asistencias. Sus números sólo fueron superados por el de siempre, el base Tony Parker, que acabó con 26 puntos y 5 asistencias, llevando en todo momento el «tempo» del partido y demostrando que su presunta lesión está totalmente olvidada.
Junto a ellos destacó nuevamente, y para regocijo de su técnico, Danny Green. El escolta terminó con 24 puntos y 6 rebotes, y continuó con sus magníficas estadísticas en el tiro. Esta vez firmó otros seis triples, superando así el récord histórico en una misma eliminatoria por el anillo, al contabilizar nada menos que 25, con un porcentaje de acierto por encima del 65%.
Entre los Heats el líder fue una vez más Lebron James, pero esta vez no estuvo tan bien acompañado por sus compañeros, por mucho que Dwyane Wade anotara 25 puntos y repartiera 10 asistencias o que Ray Allen tuviera una buena noche en el tiro, sumando 21 puntos. Los números de Lebron no estuvieron nada mal (25 puntos, 6 rebotes, 8 asistencias y 4 robos), pero sus porcentajes en el tiro no fueron brillantes, con un 8 de 22. Buena culpa de ello la tuvo el francés Diaw, que llegó a sacarle muchas veces del partido con sus kilos y su buen manejo de las manos.