El ataque de Froome en Mont Ventoux ha sido la gota que ha colmado el vaso de las críticas que apuntan a que el ciclista del Sky corre bajo los efectos de sustancias dopantes. El ciclismo huele a podrido por todos los sitios y después de lo de Armstrong es muy difícil creer en las grandes gestas, pero al ciclista nacido en Kenia no se le está dando ni el beneficio de la duda.
La casa de apuestas Bet 11 28 ofrece a sus clientes la posibilidad de apostar a que Froome da positivo en un control antidopaje durante este Tour antes del final de la ronda gala. Los apostantes ganarán 1,10 euros por cada euro apostado si aciertan y el británico no da positivo o 5,25 euros por cada euro apostado si Froome resulta ser un tramposo. La cuota del positivo es bastante baja, teniendo en cuenta que las posibilidades de que se descubra que un corredor va dopado tan pronto son muy escasas.
Todopoderoso de la noche a la mañana
El actual líder del Tour se siente muy orgulloso de sus raíces africanas. Cuenta que fue atacado por un rinoceronte y estuvo a punto de morir como si fuera algo normal. Empezó a correr en África y su salto a Europa fue difícil y polémico. Tomó la dirección equivocada al salir de la plataforma en la contrarreloj del Mundial Sub 23 y terminó agrediendo al comisario que le intentaba corregir.
Los inicios de Chris en el ciclismo no fueron dignos de la estrella que es hoy en día. Corrió su primer Tour en 2008, tuvo una actuación muy discreta y vio como su compañero de equipo en Barloworld, Moisés Dueñas, dio positivo y terminó precipitando la desaparición del equipo. Tampoco destaco en sus dos primeras participaciones en el Giro. De hecho, la primera vez que corrió con Sky en Italia, terminó descalificado por subir un puerto agarrado al coche.
A partir de aquel ridículo, la carrera de Froome cambia radicalmente. Desde su equipo, aseguraron que aquella pájara se debió a una enfermedad, la esquistosomiasis, generada por un parásito. Esta enfermedad es incurable y solo se puede combatir mediante tratamientos cada dos años parecidos a la quimioterapia. Froome superó el primer arreón de la enfermedad y quedó segundo en la Vuelta del año siguiente. Perdió, como en el Tour de 2012, por tener que estar pendiente de su jefe de filas.