Las apuestas deportivas se han convertido en los últimos años en uno de los negocios más prósperos del mundo. Las páginas web que permiten todo tipo de pronósticos son una extraordinaria fuente de ingresos para muchos clubes, pero el daño que hacen empieza a superar a los beneficios.
El mundo del tenis está podrido por culpa de las apuestas. Las sospechas están haciendo daño a todos los niveles, pero los principales indicios se encuentran en los torneos Futures y Challengers, donde se forman las promesas del futuro. Según destapa una investigación que publica Punto de Break, los amaños son una práctica habitual en este tipo de campeonatos, ya que los tenistas tienen dificultades económicas para acudir a los torneos y se tienen que prestar a estas prácticas para continuar con su carrera.
El citado artículo se sirve del testimonio de tres tenistas españoles anónimos que revelan las miserias del tenis. «Los partidos se compran por unos 3.000 euros. El jugador recibe el dinero por adelantado y luego se deja perder», declaró uno de ellos.
«Hay jugadores que están haciendo finales y semifinales y aún así pierden pasta. Así es imposible», señalaron los jugadores a la vez que reclamaban mejores premios económicos por parte de los torneos que permitiesen a los deportistas ser honrados.
Por otra parte, los tenistas piensan que no hay muchos compañeros que no realicen estas prácticas y se atreven a descalificar a los que lo hagan: «Es lógico que los jugadores apuesten, es de subnormal no hacerlo. Hay jugadores que están perdiendo mucho dinero. En el momento que tienen la opción de cubrir esos gastos con apuestas, pues se venden… se dejan perder», aseguran.
Además, los protagonistas se atreven a aventurar que la situación en los torneos de más prestigio puede ser todavía peor: «Luego ya en ATP… ¡ni te cuento! Se compran muchos partidos. Han salido muchos casos. ¡Y otros que ni siquiera han visto la luz!», dijo otro de ellos.
Por otra parte, los tenistas se quejan de la inmunidad de las que gozan los más grandes: «No van a ir a pillar al top 50 en casos de apuestas. Es lo mismo que con el doping. No les interesa que se sepa de esta gente», aseguran.
Por último, piensan que se utilizan a los jugadores de su nivel para limpiar la imagen de un deporte que no es nada transparente «De vez en cuando sacan (desde la ITF) a un jugador de Future o de Challenger que da positivo por doping. Es de cara a la galería, para que la gente diga: «¿Ves cómo están trabajando para que no haya ni doping ni apuestas?», sostienen.