Los deportistas, a veces encumbrados y considerados como seres especiales dentro de esta sociedad, no dejan de ser ciudadanos comunes. Ninguno representa por sí solo el sentir de un pueblo, pero entre todos representan las diferentes formas que tienen los catalanes de mirar la bandera española.
Algunos se sienten más catalanes que ninguno, pero eso no les obliga a ocultar su sentimiento español. Pau Gasol es un claro ejemplo de ello. El pivot de Sant Boi ha querido celebrar sus años en la NBA luciendo la insignia de España y dejó claro que para él fue «un gran honor llevar la bandera» en la ceremonia inaugural de los Juegos Olímpicos de Londres.
Sin embargo, el pensamiento del mejor jugador de baloncesto de la historia de España no es muy habitual en el club donde se formó: el Barcelona. La entidad se encarga de dirigir la educación de todos los que pasan por su cantera y por eso el discurso oficial no se suele salir nunca de la norma.
Xavi: «Tapé la bandera porque siempre me ha gustado llevar las medias de un solo color»
Los futbolistas que juegan con la selección nunca se declaran abiertamente independentistas, pero normalmente dicen que es la «profesionalidad» lo que les lleva a representar a España. En realidad, llama la atención ver cómo cambia su comportamiento y declaraciones según representan a su club o a su selección.
Xavi Hernández, uno de los más criticados por ese asunto, gritó «¡que viva España!» en las celebraciones de la Eurocopa de 2008. Piqué no tiene problemas para posar con la bandera española cuando está concentrado con España, mientras que el resto de sus compañeros de equipo se unió a un corro en el que Ramos cantaba el «yo soy español».
En cambio, cuando la prensa está cerca, el discurso es más ambiguo. Busquets se declara español para defender los intereses de la selección: «Todos somos del mismo país y nuestros intereses son los mismos», dijo para defender la unidad entre jugadores de Madrid y Barça. Por su parte, Valdés prefiere evitar problemas: «Paso de la política. Es un orgullo bestial jugar con la selección española».
Crossas lució la bandera estelada y Guardiola «votó» por la independencia
Por otro lado, Xavi prefirió no dar explicaciones cuando le preguntaron por la polémica que se generó cuando él y Puyol no se doblaron las medias para que se viese la bandera española en un partido de 2008. Se limita a decir que «profesionalmente siempre lo ha dado todo por la Roja» y en aquel momento se excusó diciendo que a él siempre le gusta «llevar las medias de un solo color».
Sin embargo, otros jugadores que han pasado por La Masía no han tenido ningún pudor a la hora de pedir la independencia de Cataluña. Marc Crossas se lanzó a lucir la bandera estelada cuando se proclamó campeón del torneo clausura mexicano con el Santos Laguna.
Mientras tanto, Guardiola no dudó en dar su «voto para la independencia» desde Múnich y no oculta que jugó con España solo porque le convocaban. De hehco, provocaba las iras del entonces seleccionador, Camacho, cuando en el solemne momento de los himnos, mascaba chicle. La orden del racial míster fue: nunca más chicle mientras suena la «Marcha Real». Si la selección catalana estuviese legitimada, Guardiola no dudaría ni un momento, aunque tampoco descarta ser seleccionador español en el futuro. Asimismo, la versión oficial del Barça también es contradictoria cuando ceden el estadio para todos los actos que piden la independencia, aunque su presidente, Sandro Rosell, dice que «no es un club independentista, es catalanista» y que solo buscan que la gente tenga derecho a decidir.
Diferentes deportes, diferentes mentalidades
Generalmente, en los deportes populares se suele expresar más el pensamiento independentista que en otras disciplinas más exclusivas. Por eso, es difícil encontrar un caso como el de Tito Rabat, piloto de Moto2, que decidió no celebrar su podio con la bandera española en el Gran Premio de Aragón. Su familia es dueña de las joyerías Rabat que tienen sede en Madrid y muchos pensarían que la independencia de Cataluña no favorecería a su negoció, pero el piloto antepone sus ideas. Además, en el mundo del motociclismo, Marc Márquez también ha sido muy criticado, primero por posar con la bandera de España por algunos catalanes y después por no coger la misma bandera por el resto de españoles.
Sin embargo, en otros deportes todavía más elitistas como el tenis o la Fórmula 1, encontrar ese tipo de discursos en mucho más complicado. Marc Gené se moja y no oculta que no está de acuerdo con algunas voces que se escuchan las últimas semanas en los medios de comunicación: “Siempre he sido partidario de una Cataluña potente, pero integrada en España», aseguró el primer español en ganar las 24 horas de Le Mans.
Por norma general, el discurso de los tenistas suele ir en la misma línea. Artur Mas recibió una sonara pitada en el Conde de Godó, donde abundaban las banderas españolas en plena Barcelona. Asimismo, estos últimos días, Álex Corretja dejó de ser el capitán de la Copa Davis y se dijo que fue porque apoyaba la causa independentista.Sin embargo, el extenista consideró que su vinculación con políticos independentistas catalanes eran «filtraciones que difamaban su vida personal».
Por otra parte, un diputado de Esquerra Republicana cargó contra Rafa Nadal y Tommy Robredo, nacido en Hostalrich, por no querer hablar en catalán en los Juegos de Pekín. Los tenistas se encontraban representando a todos los españoles y querían que les entendiesen en todas los lugares del país. Joan Puig dijo que siendo miembros de una «clase privilegiada» debían defender los intereses de Cataluña, sin tener en cuenta que Nadal es mallorquín. Además, el diputado habló de presiones por parte del Comité Olímpico Español, sin las que los jugadores no habrían actuado así, cuando Nadal respondió visiblemente enfadado al periodista que lanzó la pregunta en catalán. Muy buen actor tendría que ser el número uno.
Solo unos pocos se atreven a renunciar
Sin embargo, en el tenis también podemos encontrarnos opiniones más favorables a la petición de la soberanía catalana. Laura Pous acudió a la Vía Catalana, el día de la Diada de Cataluña, pese a que ha representado a España en la Copa Confederaciones. La tenista recibió muchas criticas por aquello y decidió contestar a un artículo de ‘Marca’ explicando los motivos por los que defiende los colores de España en competiciones internacionales:
Helena Boada quiere jugar con Eslovenia porque no puede representar a la selección que le gustaría
«Juego para España porque aunque catalana (independentista o no), también soy española (más que francesa, italiana o portuguesa, se lo aseguro), y como tal, tengo derecho a jugar por este país, que también es mío y del que no me gusta que me excluyan. Un país en el que la formación que he recibido como tenista ha sido financiada por mi familia o por la Federación Catalana. Un país en el que pago religiosamente impuestos sobre todos mis ingresos, que por cierto el 99% de ellos provienen de torneos de financiación privada», señaló al mismo tiempo que reafirmaba su deseo de jugar con Cataluña en el futuro.
En esa misma línea, la nadadora Ona Carbonell y el jugador de hockey Álex Fabregas también reconocen públicamente que preferirían jugar con Cataluña. Por otro lado, esta suele ser la actitud más común entre los deportistas independentistas ya que muy pocos se atreven a renunciar a la selección española abiertamente, aunque existen algunos casos. Helena Boada está casada con el ex jugador esloveno del Barça de baloncesto Jaka Lakovic y prefiere jugar con Eslovenia porque no puede hacerlo con la selección que le gustaría. Sin embargo, el caso más llamativo es el de Oleguer Presas, ex jugador del Barça que se negó a jugar con la selección cuando le llamó Luis Aragonés.
En un principio, Oleguer acudió a la convivencia que organizó el sabio de Hortaleza, pero no fue llamado nunca más y no se disputó ningún encuentro en esas fechas. El técnico siempre dijo que el central seguía teniendo opciones de jugar en el combinado nacional, pero el mismo defensa reconoció que habló con el entrenador y le dijo que no quería representar unos colores que no sentía.