jueves, octubre 3, 2024
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Detrás del dopaje, penes falsos o intentos de suicidio

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La lucha contra el dopaje, al menos desde los medios y desde la sociedad, es cada vez más feroz. Nadie soporta a los tramposos porque privan de la victoria y del aplauso del público al que de verdad lo merece, al que se lo gana día a día debido solo y exclusivamente al sudor de su frente.

El lema de tolerancia cero contra el tramposo es correcto, pero puede llevar a injusticias públicas cuando en realidad es el sistema de competición el que está podrido y eso no se persigue. Las declaraciones de Lance Armstrong sirvieron para que la afición descubriera que algunos grandes ciclistas recurrían a sustancias prohibidas solo porque pensaban que era la única forma de correr en igualdad de condiciones con el resto.

Los equipos son los primeros que condenan públicamente al ciclista, pero tampoco podemos obviar que el ciclista dopado puede recibir presiones de todas partes, antes de tomar ese camino. Nunca se conocerán los motivos reales por los que muchos deportistas en concreto tomaron ese tipo de sustancias, pero a veces sí que trascienden las desastrosas consecuencias que un positivo puede traer a la vida de un deportista.

El ciclista italiano Mauro Santambrogio merece todo el respeto del mundo porque como tramposo ya recibirá el castigo de las autoridades si procede. Sin embargo, fue el temor al juicio público el que le hizo anunciar su suicidio en Twitter hace unos días: «Adiós Mundo», escribió antes de que los periodistas más cercanos y los seguidores del deportista consiguiesen que se replantease esa opción.

«Quiero agradecerles a todos por ayudarme a reflexionar y salvarme», apuntó Santambrogio, después de unos días de reflexión. Santambrogio dio positivo el 3 de junio y desde entonces pasa por una dura depresión. Por otra parte, el atleta Dwain Chambers también reconoció en su autobiografía que pensó en el suicidio, tras ser suspendido por dopaje en 2003, Ludmila Engquist, oro en Atlanta, también consideró la misma opción debido a la presión, pero Alberto León fue uno de los que fue llegó más allá y terminó ahorcándose empujado por asuntos personales y por la Operación Galgo.

Un caso inexplicable

Además, la prensa debe tratar con especial cuidado los casos de deportistas menos mediáticos. Armstrong, en su posición de privilegio, tenía la posibilidad de revelarse, por lo que todo se vuelve más inexcusable en el caso del norteamericano. Sin embargo, hay otros sucesos todavía más impresionantes que se esconden detrás del dopaje. El caso de Devis Licciardi llega a ser cómico, pero se convierte en peligroso si pensamos que otro deportista pudo hacer lo mismo y pasar desapercibido.

El Comité Nacional Olímpico Italiano (CONI) ha solicitado una sanción de dos años y medio de suspensión para el fondista italiano de 28 años. El motivo es que, en un control antidoping que se produjo en los campeonatos nacionales de ese país, Licciardi usó un pene falso que llevaba escondido en su ropa interior, en el que escondía ‘orina limpia’. Además, también piden dos años de prohibición de asistir a eventos o inscribirse en cualquier federación deportiva para la novia del atleta, por ayudarle en el rocambolesco suceso. En este caso, cuenta mucho ponerse en la piel del deportista para encontrar alguna explicación lógica.

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