El trabajo de Pep Guardiola en Alemania no está siendo nada fácil. En un fútbol en el que no están muy acostumbrados a los técnicos foráneos, el entrenador catalán empezó con buen pie, ganándose a todos con su excelente alemán.
Sin embargo, la paz le duró muy poco al de Santpedor. La prensa alemana no tardó en buscar los defectos al juego de su equipo, que no terminaba de estar fino en las primeras jornadas de la Bundesliga. Con todo esto, el equipo parece más solido en los últimos tiempos y en nueve jornadas no conoce la derrota. Solo ha cedido dos empates.
En agosto, varios jugadores de la plantilla del Bayern de Múnich alimentaron las críticas de los medios y realizaron declaraciones donde ponían en duda la capacidad del entrenador. Uno de ellos fue Robben que señalo que «no tienes que hacer el fútbol más complicado de lo que es», en una clara alusión al nuevo técnico de su equipo.
Sin embargo, la relación del ex madridista con el entrenador más exitoso de la historia del Barça ha sido de amor odio, desde incluso antes de que Pep llegase a Alemania. Según algunos medios alemanes, Guardiola medió para que el Bayern no vendiese al holandés, cuando la directiva estaba cansada del egoísmo y egocentrismo de Arjen. Por otra parte, también se pudo ver al míster dar una patadita en el trasero en medio del ambiente distendido de un entrenamiento.
Con todo esto, el buen rollo ha desaparecido este sábado. El holandés también tiene fama de rencoroso y no perdonará fácilmente el feo que su técnico le ha hecho. Con 3-1 en el marcador, Robben quería hacer el cuarto, pero su técnico pidió a gritos que el penalti lo lanzase Muller.
El extremo zurdo tiró con rabia el balón contra el suelo y se fue del área jurando en arameo. Muller, con el que Robben ya ha tenido otros problemas y que está señalado como el niño mimado de Guardiola, señaló que decidió exclusivamente el entrenador. La jugada termino en gol.
Mientras que una leyenda del club también la ha tomado con el entrenador. Stefan Effenberg, comentarista de TV, fue muy crítico con la decisión del técnico español: «Tienes el balón, vas a lanzar y aparece el entrenador como un maestro de escuela y te ordena que le des el balón a un compañero. Robben debió sentirse muy mal. Era algo muy innecesario, sobre todo ante tanta gente en la grada».