El tenista español David Ferrer se ha clasificado para la final del Masters 1.000 de París después de vencer en semifinales a su compatriota Rafa Nadal por 6-3 y 7-5 y defenderá su triunfo en este torneo logrado el pasado año ante el serbio Novak Djokovic, que ganó al suizo Roger Federer en la primera semifinal.
Con esta victoria, Ferrer consigue su quinto triunfo sobre Rafa Nadal en los 25 partidos en los que se han visto las caras en el circuito profesional. Además, esta victoria supone la segunda final consecutiva en París para Ferrer, donde podrá defender el título que consiguió el año pasado, su primer y único Masters.
Para Nadal, esta derrota supone algo más que no jugar una final más de Masters 1000. Y es que si este domingo Djokovic vence a Ferrer, el serbio le quitará a Nadal la condición de número 1 del mundo. En cualquier caso, la batalla por acabar como el mejor jugador del mundo continuará la semana que viene en Londres. Donde Nadal y Ferrer se volverán a ver las caras en la jornada inicial.
Además fue una victoria sin condicionantes ni excusas. En la última victoria de Ferrer sobre Nadal, en el Open de Australia del año 2011, el mallorquín jugó mermado físicamente y eso facilitó el triunfo del actual número tres del mundo. Pues bien, esta vez, Ferrer ha vencido simplemente porque ha sido mejor en la pista y porque se ha sabido sobreponer a sus malos momentos.
Ferrer ha dominado a Nadal desde el fondo de la pista. El centro de la pista era suyo y el que corría de lado a lado era Nadal. Una circunstancia que se ha visto reflejada en dos aspectos: Nadal ha jugado más atrás que en otros partidos y, el más llamativo, el manacorí ha cometido más errores no forzados (24) que Ferrer (18).
Una superioridad que ha sido también en el ámbito mental. Por primera vez en mucho tiempo, ha sido Nadal el que ha acabado haciendo gestos de frustración ante un rival que no daba ni un resquicio. E incluso cuando los viejos fantasmas de derrotas pasadas le han aparecido, en el ‘break’ en contra del segundo ‘set’ cuando sacaba para cerrar el choque, Ferrer ha mostrado la fortaleza mental para hacer el contrabreak definitivo en el siguiente juego.
El otro aspecto crucial ha sido el saque. Ferrer ha mostrado un gran nivel con su servicio, metiendo primeros saques en los momentos más complicados y solo concediendo un ‘break’ a uno de los mejores restadores del circuito. Un saque del que ha tirado en momentos clave, como el segundo juego de la segunda manga (donde salvó un 0-40) o en el juego final.
Así pues, victoria para Ferrer en el duelo español de París. Un Ferrer que tiene la posibilidad este domingo de lograr su segundo Masters 1000 de su carrera y, de paso, aunque en eso pensará menos, evitar que Nadal pierda su condición de número 1 del mundo ante el serbio Novak Djokovic.