El tenista español Rafa Nadal se proclamó por cuarta vez ganador del Mutua Madrid Open, cuarto Masters 1.000 de la temporada, tras aprovecharse del estado físico de su rival, Kei Nishikori, en una final en la que el número uno del mundo se vio contra las cuerdas pero resurgió 'in extremis' para mandar el partido al tercer set, donde el japonés terminó retirándose por lesión, y hacerse con una victoria con la que confirma su mejora tras un inicio complicado en la temporada de tierra.
Nadal defendió con éxito su título en la Manolo Santana de La Caja Mágica para sumar su 27º Masters 1.000, récord absoluto, el 63º título de su carrera (sexto de todos los tiempos) y el tercero del año (tras Río de Janeiro y Doha). Con la exigencia de remontar un primer set en contra y recobrar unas sensaciones por momentos perdidas, el número uno del mundo dio el paso definitivo para salir victorioso de Madrid y recuperar así su versión ganadora tras los varapalos de Montecarlo y Barcelona.
Asegurado el trono mundial pase lo que pase en Roma, el de Manacor suma una importante dosis de confianza, progresiva en Madrid, con la guinda de una final en la que tuvo que aguantar las embestidas de un inspirado Nishikori, que sin embargo terminó retirándose por lesión tras jugar sin opciones de responder físicamente los primeros juegos del tercer set.
El resurgir de las cenizas de Nadal y su propia lesión terminó con un Nishikori que buscaba repetir el éxito de hace tres semanas en Barcelona y que al menos se marcha con el premio de ser el número nueve del mundo a partir del lunes.
Sin duda la 'fama' con la que llegaba el japonés a su primera final de un Masters 1.000 era justificada, y lo demostró durante gran parte del partido, inflexible y tremendamente hiriente al resto. En el primer set, Nadal no aprovechó su agresividad de inicio siempre que salta a la Manolo Santana y, a base de errores, salió del partido empujado por un rival que apenas dio un respiro al defensor del título. Ni los ánimos de una abarrotada pista central rescataban al español de un bucle de errores. Sin encontrar una buena racha de puntos, el balear no logró encender la mecha con la que hacer frente a su rival.
Y es que, después de una bola de 'break' a favor en el primer saque del japonés, Nadal fue saliendo poco a poco del partido. Nishikori leía a la perfección los movimientos de su rival y sumaba la primera rotura del partido en el tercer juego (1-2). Mal con su servicio, el de Manacor volvía a perder su saque con lo que el japonés tomaba ventaja en el marcador de la final, después de desaprovechar una primera opción con el saque de Nadal (2-6). El eficaz juego del asiático mantenía aturdido a un jugador español que comenzaba perdiendo su saque en el segundo set para sorpresa de todos los presentes.
La cuesta cada vez era más empinada, pero el número uno del mundo logró enganchar buenos golpes y sacar el orgullo en el octavo juego para sumar el primer 'break', el cual vino acompañado de otro más para empatar el partido (6-4), aunque ya se notaba que el estado físico de Nishikori no era el mejor para plantar más batalla.
Así, con 4-3 había pedido la asistencia médica por su maltrecha espalda -la misma que en duelos anteriores pero que esta vez terminó siendo definitiva– y, tras retirarse en el descanso entre sets, volvió sin ninguna opción de disputar el partido. Aguantó tres juegos devolviendo pelotas hasta que se acercó a Nadal para comunicarle el final de partido y confirmarle la reedición de su corona, el primero que lo lograr en el Masters 1000 madrileño, desempatando en el número de triunfos en la capital con el suizo Roger Federer.