Rafa Nadal parece un veterano de la Guerra de Vietnam, pese a que solo tiene 28 años. Muchos le dan por muerto y se creen que es mayor para el tenis porque tiene miles de batallas exitosas a sus espaldas. Sin embargo, sigue siendo joven y mantiene la esencia de aquel jovencísimo jugador que deslumbró al mundo al inicio de 2002.
Lleva un palmarés envidiable con 14 torneos del Grand Slam, 27 Masters 1.000, una medalla de oro en los Juegos Olímpicos y 66 títulos ATP. Además, tiene el mejor porcentaje de victorias de la historia del tenis y es el jugador más joven en conseguir el Golden Slam a lo largo de toda una carrera.
Rafa ha necesitado 13 años para llegar a conseguir todos estos números y seguirá aumentando sus números cuando superé el bache que le ha llegado con esa cifra maldita. Sin embargo, se puede decir que el tenista manacorense empezó a hacer historia desde su primer raquetazo oficial. Antes del 29 de abril de 2002 su nombre ya empezaba a sonar con fuerza en los círculos del tenis porque era imparable en alevín, infantil y cadete. Había deslumbrado en torneos amateur, pero muchos creían que era demasiado niño como para enfrentarse a los mayores.
Pero todo cambió cuando recibió una invitación para participar en el torneo Internacional Series de Mallorca. Esta fue la primera y única vez que hubo un torneo de tanto nivel en la isla en muchos años y aprovecharon la ocasión para proporcionar una invitación al jovencísimo lugareño del que todo el mundo hablaba por ser sobrino de Miguel Ángel Nadal.
El chico de 15 años, 10 meses y 26 días dejó de ser ese día un simple familiar de un exjugador culé para convertirse en el jugador más joven en ganar un partido ATP. Derrotó al paraguayo Ramón Delgado, que entonces llegaba como número 81 del mundo.
La primera víctima de Nadal no era un jugadorazo, pero tenía diez años más que él. Delgado ganó a lo largo de su carrera ocho tornos challengers y llegó a una final ATP en Bogotá. Nunca pasó de las primeras rondas en un Grand Slam y no era un especialista en tierra, pero su derrota contra un niño asombró igualmente. Además, Rafa por aquel entonces también prefería jugar en superficies duras. ¡Hay que ver lo que le ha cambiado la vida y las lesiones!
En aquel choque, Rafa mostró mucho descaro, una gran valentía y la mentalidad que le convertiría años más tarde en el mejor tenista de la historia sobre tierra. Venció por un doble 6-4, pero en la siguiente ronda Olivier Rochus le mandó a casa con un doble 6-2. Después de ese primer gran momento, Rafa firmó un gran 2002 con victorias en nueve ‘Futures’. En cambio, solo fue capaz de llegar a semifinales junior en su torneo favorito. Años más tarde consiguió reinar dos veces en Wimbledon.