Feliciano vive unos días cargados de tensión. A sus 33 años, está en su año más dulce, ya que ocupa puestos en la clasificación ATP a los que jamás llegó. Quizás, por eso se ve con más autoridad para revelarse ante los que le critican o ante los que piensa que pueden perjudicarle con sus decisiones.
Este lunes no se tomó como una buena noticia la designación de Julián Alonso como ayudante de Gala León. “Nadie que forme parte del grupo de jugadores profesionales entiende nada. Parece que lo que quieren es que nadie vaya a jugar la Copa Davis y nadie represente a España. Yo me considero un producto federativo. Llegué con 14 años ahí y la federación era algo completamente distinto a lo que es ahora. Es tristísimo que esta gente esté gobernando el tenis español”, aseguró en las redes sociales, al tiempo que acusó a los dirigentes de la Real Federación Española de Tenis (RFET) de actuar de “manera dictatorial”.
Pese a todo, Feliciano saltó a la pista de Roma muy motivado y derrotó con solvencia a Nick Kyrgios, el verdugo de Federer en Madrid por (6-4 y 7-6 (4)). El único gran problema lo tuvo en la grada, donde dos aficionados la tomaron con él durante todo el choque. ‘Deliciano’ perdió los nervios y se encaró con uno de ellos al termino del partido, cuando el resto del público le aclamaba. “No te oigo, hijo de la gran puta”, le dijo el tenista.
El actual número 13 del mundo aseguró en rueda de prensa que estos dos aficionados le dijeron “de todo” durante todo el choque. “Había dos tíos desde el principio del partido insultándome. Al final no podía más y me he encarado con uno de ellos sobre todo. La gente va al tenis y se cree que esto es un circo”, opinó el español.
Asimismo, Feliciano declaró que no comprendía los motivos de los insultos. “Yo entiendo que cada cual anime a uno u otro, no me molesta eso, pero sí la mala educación. No consiento que una persona esté insultándome desde el primer minuto que entro en la pista de tenis”.
Por último, hizo autocrítica, aunque sostuvo que es muy difícil callarse cuando no es solo de una falta de respeto puntual y se trata de una situación continuada durante un partido repleto de tensión. “Entiendo que un jugador tiene que estar por encima, pero en determinados momentos no es fácil”, señaló.
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— Nacho Mühlenberg (@NachoMuhlenberg) Mayo 12, 2015