La temporada de Garbiñe Muguruza no ha pasado desapercibida. Su final en Wimbledon, 19 años después de que lo hiciera Arantxa Sánchez, la catapultó entre las diez mejores del circuito. Después se alzó en Pekín con su primer WTA Premier Mandatory y alcanzó las semifinales de la Copa de Maestras en un excelso tramo final de año. Ha pasado de promesa a realidad en unos meses, y en el ránking sólo Serena Williams y Simona Halep figuran por delante de ella.
Este jueves Miguel Cardenal e Íñigo Méndez de Vigo la homenajearon en el Consejo Superior de Deportes y le entregaron la medalla de bronce al Real Mérito del Orden Deportivo, que recibió también hace unos días su compañera de dobles y amiga Carla Suárez. El ministro de Educación, Cultura y Deporte reconoció que “es un reconocimiento institucional a su trabajo y a su trayectoria en el tenis”. También destacó que Garbiñe ha logrado estos éxitos “porque detrás hay mucho esfuerzo, tesón y trabajo”. “Gracias a este trabajo, el tenis femenino sigue estando en lo más alto”, prosiguió.
La tenista de origen caraqueño se mostró “muy contenta” por recibir un premio muy especial. Valoró su temporada como “fantástica”, aunque ya tiene la mente fijada en el próximo curso. Y para prepararse en óptimas condiciones de cara al Abierto de Australia, primera cita de entidad, Muguruza entrenará en Estados Unidos, donde el clima se parece más al que encontrará en Sídney. Eso sí, matizó que su casa será Barcelona, como hasta la fecha.
La española es consciente de que en la temporada que afronta deberá afrontar varias dificultades. La principal es el nuevo rol que debe asumir en el circuito y con el que deberá lidiar: “Ahora no es la Garbiñe que puede ganar, si no la que debe ganar”. En 2016 dos citas se erigen como protagonistas: Los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro y Wimbledon, donde defiende un buen puñado de puntos.
“Hay muchos torneos en el calendario, todos muy importantes, pero las olimpiadas me hacen una ilusión terrible”. Garbiñe cree que “cuantas más modalidades disputes más posibilidades tienes de ganar” y aludió a un hipotético dobles mixto con Nadal: “¿Por qué no? Sería una buena pareja”. También competirá en dobles con su amiga Suárez, con la que alcanzó la final del WTA Finals. Sin embargo, más allá de Río, la cosa no parece tan clara: “Decidiremos si seguir en función de los torneos. Cada vez nos cuesta más combinar ambas modalidades. Pero nos gusta jugar juntas y algún evento disputaremos”.