Wayne Rooney soportó muchas críticas antes del inicio de la Eurocopa. A sus 30 años, no ha jugado su mejor temporada con el Manchester United, pero cuando se pone la camiseta de su selección es un futbolista que siempre rinde. Los aficionados ingleses querían a Kane y a Vardy en el campo, pero Hodgson dejó al delantero del Leicester en el banquillo y apostó por su capitán y no se equivocó, aunque otro día podrán jugar los tres juntos.
El ‘10’ de los ‘Pross’ jugó de mediocentro y estuvo brillante en la distribución. Habilitó siempre a la perfección a los futbolistas que subieron por las bandas y metió precisos pases en profundidad que hubiesen firmado los mejores especialistas del continente. Además, el exdelantero ayudó muchísimo a Dier en las labores de contención e incluso cerró en defensa cuando subieron los laterales.
Asimismo, no dejó a un lado su capacidad rematadora y lo intentó siempre que pudo desde la frontal de área. Akinfeev le sacó una con los puños. Envió un lanzamiento de falta a escasos centímetros del larguero y obligó al portero ruso a intervenir con un auténtico paradón en la jugada previa al gol. El balón llegó a tocar el palo, pero salió fuera.
Además, en la jugada del tanto de Dier, Rooney ejerció de hombre fuerte del vestuario y le dijo algo al oído al lanzador justo antes de su disparo. Se marchó sustituido en el minuto 78, pero con la sensación de que su entrenador le quería reservar porque daba el partido por ganado y pensaba que sería un futbolista vital para los siguientes encuentros.
Felipe Poza