Antes de llegar a los octavos de final, el sector más adulador de la prensa decía que el ambiente en la selección española era el mejor que había tenido Del Bosque en sus ocho años como seleccionador. Resulta muy fácil hablar de las bondades de las personas en la victoria, pero cuando realmente se ve la unión y el compromiso de un grupo es en la derrota. De hecho, son las grandes decepciones las que más engrandecen a los ídolos porque saber perder cada vez es más importante en el fútbol.
La gente entiende que el equipo rival puede ser mejor en un momento determinado o puede tener mayor suerte, pero no soporta la falta de intensidad y compromiso. A España le falto mucho de esas dos cosas durante los partidos decisivos porque parece que los jugadores que ya lo han ganado todo perdieron la ilusión hace tiempo. Muchos no meten el pie con las misma implicación que unos rivales que tienen más ganas de ganar.
De hecho, tras la humillante derrota frente a Italia, ninguno de los componentes de la selección española derramó ni una sola lágrima, después de varias semanas de concentración. Se entiende que perder 2-0 con mucha claridad no duele tanto como caer en los penaltis, pero igualmente esta situación debe enfadar a los protagonistas. Sin embargo, en 'la Roja' solo se vio una profunda resignación acompañada de un punto de apatía propia de unos jugadores que pensaban que tampoco le iba la vida en esta competición. Sin ir más lejos, Andrés Iniesta analizó la eliminación a pie de campo, como si tuviera muchas ganas de irse de vacaciones y no tuvo que hacer mucho esfuerzo para pasar página. “Una decepción que hay que aceptar como es y… nada, a otra cosa”, declaró el de Fuentealbilla.
Las lágrimas de Buffon conmueven al mundo
Además, el resto de sus compañeros, empezando por Casillas y Del Bosque con sus actitudes y declaraciones, también quedaron retratados como unos pésimos perdedores. Gerard Piqué quiso hacer autocrítica cuando señaló que “no eramos favoritos” porque ya no tenemos el nivel de hace años, pero Italia tampoco lo era y se dejó la vida en el intento. 'La Azzurra' pensó que les podían superar en calidad, pero nunca en ganas. España creyó que si había equipos con más calidad, el esfuerzo no tenía sentido.
En cualquier caso, la afición española sintió envidia al ver a Gianluigi Buffon caer de pie. «Cada uno tiene sus motivos para llorar tras una derrota. Si ahora se me caen las lágrimas es por el grupo que somos, porque trabajamos como una única persona y por todo lo que despertamos en nuestros aficionados», explicó el portero en zona mixta tras caer frente a Alemania.
Además, el legendario guardameta tampoco tuvo la cobardía que mostró recientemente Lionel Messi y, pese a su veteranía, señaló que ya piensa en el próximo Mundial. «Estoy bien. Sigo teniendo motivación y siento que todavía tengo algo que dar a este equipo nacional«, comentó el titular indiscutible de la Juventus.
Por otro lado, Barzagli también lloró como un niño ante los medios. El experimentado central no soportaba la idea de que dentro de unos años nadie se acuerde de ellos porque en el fútbol solo queda escrito el nombre del ganador. Sin embargo, la historia del fútbol español le puede servir de ejemplo porque nadie olvida a Luis Enrique ni a Iván Helguera y al resto de futbolistas que cayeron injustamente frente a Corea.
Andrea Barzagli: «Nadie se acordará de nosotros en unos años».
Destrozado tras perder. Igualito que los nuestros…pic.twitter.com/vGxBO6YPuV
— ️ (@FinallyPablo) 3 de julio de 2016
Asimismo, otro de los pesos pesados de Italia, Leonardo Bonucci, tampoco pudo reprimir las lágrimas tras el encuentro. “Sabe mal, pero estos hombres, desde el entrenador y el presidente a los jugadores fueron grandes. Hemos puesto el corazón en el campo, en cada entrenamiento. Gracias a los italianos que nos han transmitido todo su entusiasmo», comentó el central para dejar claro que Italia está unida incluso en la derrota y estos jugadores están entre los mejores perdedores que se recuerdan. España tiene que esforzarse para recuperar esa implicación que sí tuvo en campeonatos como el Mundial de 2002 porque eso unido al estilo que les llevó al éxito a partir de 2008 es el germen de toda victoria.
Felipe Poza