Faltaba un triunfo español en este Tour de Francia, y apareció Ion Izaguirre en la penúltima oportunidad. El ciclista de Movistar atacó en la última ascensión, y cuajó una gran bajada, en la que ni especialistas como Pantano y Nibali pudieron hacerle frente. Entre los favoritos no hubo ningún movimiento, por lo que Chris Froome conquistó, de forma virtual, su segundo Tour de Francia consecutivo.
Tras el sufrimiento de tres duras semanas, llegó la agonía de una última jornada de excesivo sufrimiento. La lluvia apareció este sábado, en mayor medida que en la última jornada. Y el agua, aunada la extenuación, hicieron mella en algunos corredores. Fabio Aru, protagonista en los últimos días, se descolgó del pelotón justo al inicio de la última ascensión. Una gran sorpresa, ya que se esperaba que el italiano pudiera incluso atacar en la recta final de esta etapa.
Hasta esa última ascensión la carrera había transcurrido con normalidad. Los mejores se mantenían juntos, y adelante, dos escapados peleaban por el triunfo, con un grupo perseguidor. Eran Aliaphilippe y Pantano. Sí, el colombiano de nuevo parecía erigirse como protagonista. Entre los corredores que seguían su estela se encontraban huesos duros como Rolland o Nibali. Pero a dos minutos de la cabeza a falta de 20 kilómetros y con un descenso de por medio, sus opciones al triunfo parecían escasas.
El italiano, al que dieron vía libre tras el sofocón de Aru, lo intentó, se despegó y salió en busca de la pareja que lideraba la etapa. Ahí, en esa parte delantera, Alaphilippe exhibía sus cambios de ritmo en la zona más dura del puerto, que tenía desniveles del 11%. Pantano, consciente de que ese no era su estilo, mantuvo su ritmo hasta volver a pegarse a rueda de su rival. Ambos intercambiaban miradas, sabedores de que todo podía decantarse en el descenso, hasta que entró en escena Nibali. El italiano les alcanzó y pronto les dejó atrás.
Entre los más fuertes, Joaquim Rodríguez, el peor clasificado en la general, probó suerte. Y logró abrir brecha, con el único deseo de adentrarse entre los diez mejores clasificados. El resto se mantenía intacto, sin fuerzas para intentar un ataque prolongado. Froome de nuevo contaba con el respaldo de un buen puñado de compañeros que protegieron. Y así se mantuvo la situación hasta el final, sin ningún tipo de movimientos.
La tensión se trasladó al triunfo de etapa, donde apareció un invitado especial: Ion Izaguirre. El español dejó el grupo perseguidor, y se zafó primero de Aliaphilippe, y después de Pantano y Nibali. El italiano, acostumbrado a este tipo de condiciones, pareció reservarse por miedo a sufrir una caída antes de los Juegos Olímpicos. Ion se coronó y Froome selló de forma virtual su triunfo en el Tour de Francia.
Alberto Puente