Pese al intento de Laso de evadirse de ese papel, el Madrid partía como favorito con su condición de invicto en la Liga Endesa. Eso sí, el duelo en el Palau se antojaba dura, y los blancos pronto se dieron cuenta. Eriksson clavó un triple en el inicio, y desde entonces los merengues fueron siempre a remolque. Rice abría brecha (5-0), y Llull respondía desde el perímetro (5-3), aunque el esfuerzo del base iba a ser en vano. Tomic, que finalizó el primer cuarto con catorce de valoración, lideraba a un Barcelona que expandía la diferencia hasta el +9.
El Madrid, durante los primeros diez minutos, mostró muchos problemas de cara al aro. Sin acierto desde la zona, se encomendaron a jugadas aisladas para seguir enganchados en el partido. El marcador fue la mejor noticia para el Madrid, que pese a su nefasto primer cuarto, se marchaba a sólo cinco puntos tras un triple de Nocioni a última hora. Ni Rudy (cinco puntos) había sido capaz de hallar la solución.
El Barcelona aplasta
“Creo que ellos tienen ganas de vencer y nosotros no”. Con estas palabras a las cámaras de Movistar + abandonó la cancha Nocioni al descanso. Su enfado no era para menos, después de un segundo cuarto donde los azulgranas fueron el único equipo en la cancha. Del 2+1 de Perperoglou, a la exhibición de Rice, que se iba hasta los ocho puntos. En el Madrid sólo brillaba el argentino (diez puntos). Ayón, en el juego interior, no tuvo su ni mucho menos su gran noche.
El Barcelona, en cambio, mostraba sintonía tanto desde el perímetro como debajo del aro. Tomic elevaba sus números (siete rebotes y cuatro asistencias) y se iba a veintiséis puntos de valoración, que refrendaban la superioridad culé. Al contrario de lo que aconteció en el primer cuarto, la fortuna no acompañó al Madrid en el tramo final, y el parcial de 29-18 dejó a los locales 49-33 arriba al descanso.
Mismo guion
Había motivos que hacían presagiar un cambio de tornas tras el descanso. Primero, una reacción obligada del Madrid; segundo, la fatiga en los hombres de Bartzokas, que ante las numerosas bajas apenas había rotado en el primer periodo. Sin embargo, el Barcelona consiguió mantener la equidad y sostener a un Madrid que al inicio se sostuvo gracias a su acierto desde la línea de 6,75 metros. Nadie era capaz de enlazar dos canastas seguidas, y cuando el Madrid lo hizo, Bartzokas pidió tiempo muerto.
A once se había llegado a poner el Madrid, pero un sublime Tomic y un Rice que manejó muy bien los tiempos permitieron que la brecha se mantuviera estable. Los problemas persistían para los blancos, inoperantes, que tan sólo contemplaban las acciones de los azulgranas. En el último cuarto se prolongó la agonía de los pupilos de Laso, que como Doncic, pagaron su enfado con una técnica.
Un atípico quinteto de Laso frenó a un espeso Barcelona en el último parcial, que hallaba muchas dificultades a la hora de anotar. Draper y Hunter fueron los encargados de lanzar la remontada y situar al Madrid a sólo ocho puntos de distancia. No obstante, los blancos se vieron lastrados por haber entrado en bonus cuando sólo habían transcurrido tres minutos. Pudieron pelear el triunfo si Carroll o Ayón hubieran andado más acertados. Triunfo final de un Barcelona colosal (85-75) que propicia el primer tropiezo del Madrid.
Alberto Puente