Los años pasan, pero la tendencia continúa. El pádel, uno de los diez deportes más practicados en España, ha vuelto a incrementar su número de licencias profesionales en 2016 hasta situarse en las 58.316. Una cifra que se ha triplicado en sólo una década. Los resultados se notan en el circuito, donde el acento castellano copa los primeros lugares tanto en el masculino como en el femenino. El gran damnificado es el tenis, que en siete años ha visto reducido su número en más de 30.000 personas.
El auge del pádel no cesa
El ambiente que se palpa en la calle, donde la práctica del pádel se ha hecho cada vez más habitual hasta situarse como el séptimo deporte más practicado en 2015, se hace presente también a nivel profesional. Así lo reflejan las licencias federativas de 2016, que han sumado un total de 58.316 inscritos. Una cifra que casi triplica la que había hace una década, en 2007, cuando el curso se cerró con 20.000 profesionales. Desde entonces todos los años se ha incrementado la cifra. En este último curso que ha echado el cierre, la suma con respecto al anterior ha sido de 2.200 personas, lo que supone un crecimiento de casi un cuatro por ciento.
Si bien es cierto que las licencias han disminuido en algunas Comunidades Autónomas como Galicia, La Rioja o Castilla la Mancha, son las zonas de más afluencia las que consiguen que permanezca este notorio crecimiento. Cataluña (13.000), Andalucía (8.300), Madrid (7.500) y Valencia (6.000) son las que contaron con más personas inscritas en 2016.
Entre los motivos que invitan a este auge se encuentra la facilidad de aprendizaje, la oportunidad de desarrollarlo en grupo, las abundantes instalaciones, un coste accesible para todos y la escasa importancia que adquiere la edad. Es más, el grupo que más licencias posee es el de mayores de treinta y nueve años (51,2%), seguido por la franja que comprende desde esa edad hasta los veinticuatro años (29,1%). También existe un reparto equitativo en cuanto al sexo, donde las mujeres ganan peso hasta comprender poco más del 30%.
En la cúspide del circuito profesional también se nota el acento español. Actualmente hay cuatro jugadores de nuestro país entre los diez mejores: Francisco Navarro (3º), Matías Díaz (5º), Juan Meres (7º) y Juan Martín Díaz (9º). En el circuito femenino el dominio es aplastante, con nueve rostros entre los diez principales: Alejandra Salazar, Marta Marrero, María José Sánchez, María Pilar, Elisabeth Amatriaín, Patricia Llaguno, Carolina Navarro, Gemma Triay y Lucía Sainz
El tenis pierde adeptos
El contraste con el tenis resulta bastante llamativo. El deporte de la raqueta creció sin cesar hasta 2010, donde comenzó su declive. Una fecha que coincide en el tiempo con la enorme subida del pádel, pese a que hay figuras como Miguel Molina, Presidente de la Federación Española de Pádel, que reniegan a asociar la subida de uno con la bajada de otro. La realidad es que el tenis ha pasado de contar con 110.000 adeptos en 2010, a tener 80.000 licencias en 2016, lo que supone un decrecimiento del veintisiete por ciento.
El principal problema del tenis en comparación con su deporte ‘hermano’, es la complejidad que éste atañe. Alcanzar un nivel lo suficientemente óptimo requiere un plus de esfuerzo y una técnica minuciosa, que ha provocado este cambio de tornas. En la práctica habitual, alejada del profesionalismo, se intensifican estos problemas. Siguen los inconvenientes para el tenis, que tras su edad de oro, vislumbra una decadencia que debe saber revertir para colarse en el Top 5 de deportes más practicados en España de forma profesional.
Alberto Puente