Desde que su maltrecha muñeca le obligara, allá por el mes de octubre, a abrir un pequeño paréntesis, Rafael Nadal ha medido a la perfección los tiempos de su recuperación. Una progresión que comenzó con un descanso completo, que siguió con ejercicios de media hora, y que culminó con entrenamientos exhaustivos de cuatro horas diarias. Parecía que no llegaría a tono tras poner en duda su físico en el Campeonato de España, pero lo cierto es que su regreso es más que esperanzador. Tras alcanzar los cuartos con agresividad en su ‘drive’, ahora se agarra a Moyá para deshacerse de Raonic, el más incómodo que le resta en el Abierto de Australia.
Entrenamientos intensivos
Los regresos milagrosos no son fruto de la casualidad. Detrás hay un planteamiento, un ejercicio programado con vistas a recuperar el nivel previo a una lesión. En este ámbito, dos de las leyendas del tenis como Nadal y Federer, han exhibido su capacidad para adquirir el nivel de antaño, como han demostrado en este inicio de curso. En el caso del español, no es ni mucho menos la primera vez que sucede. Cuando muchos le vaticinaban numerosos problemas para combatir con los mejores, él ha ideado un plan prácticamente perfecto de cara a conquistar el Abierto de Australia.
Tras diagnosticarle una lesión en la muñeca cuando se vislumbraban ápices de sus mejores golpes en la gira de arcilla, Nadal abogó por frenar. No tuvo prisa, incluso parecía que su preparación era tardía, cuando en el Campeonato de España celebrado en sus instalaciones, afirmó que sólo estaba listo para el dobles. Palabras que a dos semanas de la exhibición de Abu Dhabi, asustaron y mucho a los aficionados. Él, en cambio, mantuvo el guion trazado.
Entrenos diarios de media hora al día, que con el transcurso del tiempo, y el inminente comienzo de la temporada, se elevaron hasta las cuatro horas. Y siempre, con una idea en mente: recuperar su ‘drive’, ese que el joven Zverev, llamado a liderar el tenis en el futuro, describió como “uno de los mejores de la historia”. Lo cierto es que el español, en los cuatro partidos disputados hasta el momento, ha demostrado una mayor intención a la hora de ganar el punto, sin ceder esa capacidad en los intercambios que siempre le ha caracterizado.
Agresividad y fortaleza mental
Su tío y técnico, Toni Nadal, también ha avalado recientemente la recuperación de la fortaleza mental de su pupilo, al cual parece que vuelven a temer sobre la pista. Se ha visto este lunes en su envite ante Monfils. El francés, directo hacia la manga decisiva, se vio superado en esa faceta por el español, que siempre creyó en sus opciones para cerrar cuanto antes el duelo. Rápido de piernas, siempre con el golpe en el momento idóneo, Gael no consiguió hacer frente al manacorense.
Moyá, decisivo ante Raonic
Este miércoles Nadal afrontará una compleja prueba ante Raonic. Ese hombre al que si bien doblegó en Abu Dhabi, le privó de su avance en Brisbane hace apenas unas semanas. Para él también tiene trazado un plan el manacorense: Moyá. El ex tenista español ha sido el encargado de impulsar la trayectoria del canadiense hasta el tercer escalón del ranking. Conoce sus virtudes, y sus defectos, y la forma de encararlos. Esas claves serán vitales para Nadal, ante un prototipo de tenis que no ofrece ritmo alguno.
Si Moyá ayuda a Nadal a avanzar a semifinales, se le abrirían las posibilidades al tenista español. En la penúltima ronda le aguardarán Dimitrov o Goffin. Al primero le ha superado en siete de las ocho ocasiones en las que ambos se han medido; al segundo no se ha medido en partido oficial, aunque a comienzos de año ya le superó. Esquivar hasta la última ronda a Federer y Wawrinka es la mejor noticia para el manacorense, que hace un mes no aparecía en las quinielas, y que ahora es un serio candidato a sumar su decimoquinto Grand Slam.
Alberto Puente