Han transcurrido cinco años desde que el Tribunal de Arbitraje Deportivo (TAS) sancionara a Alberto Contador tras dar positivo en clembuterol. Aquel caso de dopaje parece olvidado tanto por el ciclista español, que cuenta como suyos los triunfos arrebatados, como por los aficionados, que no inciden en ese recuerdo. El pinteño, a base de trabajo, logró lavar su imagen con otras tres Grandes Vueltas. Ahora, a sus 34 años, mantiene la ilusión de un niño y se machaca en la pretemporada con el objetivo de sumar otro Tour antes de su retirada.
Cinco años de la sentencia
El tiempo avanza fugaz y convierte en recuerdos lejanos momentos que por su trascendencia siempre han estado presentes. Este 6 de febrero se han cumplido cinco años de la sentencia del (TAS) que inhabilitó a Contador durante dos años, después de que este diera positivo en clembuterol en un análisis de sangre realizado en el Tour de Francia de 2010. El ciclista español perdió aquel triunfo en la ronda gala, y un Giro conquistado en 2011.
Le arrebataron sus trofeos, pero él aún cuenta como suyas esas victorias. Y es que, con el transcurso del tiempo, aquel episodio apenas ha dejado huella en el aficionado. Ya sea por la cantidad ínfima que le llevó a cometer la ilegalidad, o porque el discurso del ‘chuletón’ caló con resultado, lo cierto es que cinco años después el nombre de Contador no está nada manchado en comparación con otros cuyo nombre ha sido inscrito en la ‘lista de tramposos’ a lo largo de la historia.
Dura pretemporada
El pinteño ha hecho todo lo posible para que así fuera, de eso no cabe duda. Se machacó alejado de la competición, y a su regreso alzó la Vuelta a España (2012). Repitió cosecha en 2014, y en 2015 sumó otro Giro de Italia. Su veteranía no hizo mella y el dopaje pasó a un tercer plano. La única espinita que aún le queda a Contador es el Tour de Francia. Esa competición donde exhibió su precocidad en 2007 y que le llevó a elevar su nombre a la categoría de ilustre. A sus treinta y cuatro años, no muestra tapujos en reconocerlo. “Quiero llegar a la salida al 100%”, apuntó a comienzos de este año.
“Quiero volver a ganar el Tour y sé que estoy capacitado”, expresó hace sólo unos días. Pura obsesión la suya con la ronda gala, a la que ya mira en su pretemporada. En los últimos días, a través de las redes sociales, ha reflejado con instantáneas la dureza de sus entrenamientos diarios, en los que se machaca en la montaña, el terreno que más le agrada y que le ha permitido encumbrarse siempre en los escenarios más atractivos. “Seguimos trabajando”, “querer es poder” o “sin límites” son algunos de los mensajes con los que ha acompañado sus publicaciones.
Contador ha demostrado que su ilusión es similar a la de un joven que afronta su primera temporada como profesional. Lo cierto es que para él, en 2017 arranca una nueva etapa en el conjunto Trek-Segafredo. Un cambio necesario tras las diversas críticas recibidas por su antiguo director en el Tinkoff. “O se caía, o enfermaba o abandona” o “Contador debe retirarse ahora”, son algunas de las frases que pronunció Oleg Tinkov, que puso de manifiesto la tensa relación entre ambos.
También avecinó que el español crearía un mal ambiente en el Trek, pero por el momento todos son risas. El pinteño ha compartido imágenes también junto a sus nuevos compañeros, seguramente el último de su trayectoria. Pospuso su retirada con el objetivo de acrecentar su leyenda, y pese a la emersión de figuras más jóvenes como Quintana, mantiene viva la esperanza. Ese es el secreto de Contador, que a base de fuerza ha conseguido que la gran mayoría esquive de su cabeza ese dopaje, del que se cumple un lustro.
Alberto Puente