Once meses después de que anunciara su positivo en meldonium en un control antidopaje en el abierto de Australia, la vida de María Sharapova transcurre con absoluta normalidad. Pese al revés que podía haberle supuesto sufrir un paréntesis de dieciocho meses en su carrera a su avanzada edad (cumplirá treinta primaveras en abril), ella no ha perdido la sonrisa después de aquella comparecencia en las que muchos esperaban el anuncio de un embarazo o una retirada prematura.
Quizás haya ayudado el respaldo que ha recibido de la ONU, que la volverá a incluir como embajadora cuando expire su sanción, o el de los diferentes organizadores, que la han invitado a diversos eventos. En Puerto Rico jugó ante Mónica Puig, flamante campeona olímpica, y llenó el pabellón. Hasta se marcó un bailecito para animar a la grada. Perdió, pero compitió, para demostrar una vez más que es una de las sensaciones del tenis femenino de las últimas décadas.
Sólo así se puede explicar que su positivo se haya olvidado tan tarde. En diciembre tenía planeado un torneo amistoso contra Garbiñe, pero una lesión de la caraqueña impidió el atractivo cruce. En abril Sharapova regresará a la competición en Stuttgart, donde ya ha sido campeona. Y en mayo estará en el Mutua Madrid Open, que hace dos días anunció que la concederá una de las invitaciones.
Si bien Sharapova ha admitido que se ha planteado la retirada en numerosas ocasiones y que no ha sido una etapa fácil, lo cierto es que en las redes sociales ha dejado constancia de que su vida a continuado sin inconveniente alguno. Ya en el mes de julio del pasado año se la vio de vacaciones, en Barcelona, donde visitó alguno de los lugares más emblemáticos y, como no, se pasó por sus playas. La rusa ha dejado claro su amor por el mar, después de frecuentar en enero las zonas más idílicas de Hawaii.
También ha tenido tiempo para el tenis, por supuesto. Si por algo se ha caracterizado la carrera de la siberiana es por su entrega dentro de las pistas. Sharapova ha subido numerosos vídeos de entrenamiento en las pistas… y fuera, donde trata de mantenerse en forma para que no se note la falta de competición en su regreso. Y entre tanto, también ha atendido las exigencias de las marcas, que al contrario de lo que ha sucedido con otros deportistas, en su mayoría no le han dado la espalda. Una vida ajetreada la de la rusa, que lo será aún más cuando regrese a la competición. Una vuelta ansiada por los torneos.
Alberto Puente