Este jueves el Premier Mandatory de Miami ha hecho oficial sus invitaciones. Paula Badosa, por tercera ocasión consecutiva, ha sido una de las obsequiadas para disputar el cuadro final. La tenista española, que pese a su corta edad y repercusión siempre ha tenido el carisma para mover masas en la capital, regresa al lugar donde despuntó por primera vez. Tumbó a dos ‘Top 100’ con un desparpajo impropio de una joven de diecisiete años. Dos temporadas después, regresará en abril al mismo escenario y un escalón por debajo en su juego. Un sinfín de lesiones han lastrado su progreso y han propiciado que le entren las dudas. La campeona de Roland Garros Júnior, en cambio, reconoce en Estrella Digital que mantiene la esperanza de llegar arriba.
Nacida en Nueva York, pero criada en España, Paula Badosa no presentó tantas dudas como Garbiñe Muguruza a la hora de escoger qué colores defender en su futuro. Una bendición para el tenis español, con uno de los frutos que cuando madure podría repetir las alegrías que ahora brindan Carla, Garbiñe y compañía. Su tenis, alejado del prototipo nacional, agresivo y con el winner en mente, la llevó a erigirse como la líder de una prometedora generación en la que se encuadran otras tenistas como Sara Sorribes o Cristina Bucsa. A la sombra de una hornada exitosa, la presión nunca ha supuesto un inconveniente.
Para el gran público, la residente en Barcelona (trabaja junto al equipo de Xavier Budó, el mismo que Carla) saltó a la fama en Miami. El evento le concedió una ‘wild card’ y ella, como si nada, superó dos rondas en un Premier Mandatory. Incluso presentó batalla ante Pliskova, hoy toda una subcampeona de Grand Slam. Las sensaciones que transmitió en pista calaron en los sentimientos del aficionado, y fiel reflejo de ello han sido sus comparecencias en el Mutua Madrid Open, donde por dos ocasiones ha hecho temblar a tenistas ‘Top 50’. Y siempre, en un Estadio 3 abarrotado. “Es una sensación increíble ir a Madrid y movilizar a tanta gente sin ser una tenista conocida, ni nada por el estilo. De ahí que sea mi torneo favorito”, confiesa a Estrella Digital.
El pasado curso se presentó como una oportunidad de medir hasta dónde podía llegar su progreso. Sin embargo, una lesión de tobillo, primero, y una rotura de cuádriceps, después, la lastraron. Y no esconde el sufrimiento: “Fue un año muy duro, tuve que retirarme varias veces. Anímicamente lo pasé mal, aunque por fortuna recibí un gran apoyo de mi equipo”. Unas dudas, que permanecen en este arranque de temporada: ”Me está costando coger ritmo de competición, aunque estoy contenta por no sentir los dolores”.
Este jueves, la organización de Miami le ha concedido a Badosa una invitación directa al cuadro principal por tercera ocasión consecutiva. “Para mí significa mucho que los organizadores crean en mí y confíen en que puedo tener un gran futuro”, relata la tenista española. Badosa regresa al punto de partida, dos años después y en una situación mucho más inestable. Pero nunca es tarde, y el escenario es el proclive para tomar impulso de nuevo: “Siempre me crezco ante rivales grandes, es cierto que ante tenistas a priori inferiores me cuesta más. Jugar en una pista central es con lo que sueño”, ratifica con esperanza.
Con ese ingrediente, el de la fe, y la ilusión, trabaja para llegar a lo más alto. “Ojalá algún día pueda estar donde Garbiñe, tengo que trabajar mucho”. Insiste en la dificultad mental que supone haber retrocedido en una etapa trascendental, pero también comenta sus posibilidades: “Siempre he creído en mí y me siento capacitada para llegar arriba”. El próximo mes de noviembre Badosa cumplirá veinte años, una edad para quitarse cualquier etiqueta de promesa y asentarse en un circuito que ansía con ganas verla competir.
Alberto Puente