Con Indian Wells como escenario, y frente a Kayla Day (175º del mundo), Garbiñe Muguruza ha terminado por aceptar que someter su juego al libre albedrío de la pelota no otorga siempre el resultado esperado. La tenista, a sus veintidós años, evoluciona hacia un juego más táctico, en el que no evada el intercambio, y más sacrificado. Un reto necesario para poseer alternativas que la permitan desarbolar a las grandes rivales.
Reacción a tiempo
Con set abajo, e inmersa en un apretado final en la segunda manga, Garbiñe entiende que es el momento de reflexionar. Su rival, pese a lo que señala el ranking juega con el desparpajo y la indiferencia que sus diecisiete años la conceden. El escenario no la asusta, y Muguruza termina por darse cuenta. No abandona el 'winner', pero sí lo posterga, sin que este sea su única ocurrencia sobre la pista. Golpea duro, fuerte, pero le tiende el pulso en el intercambio.
Es ahí donde Day empieza a vislumbrar que no podrá contar con los numerosos errores no forzados que la española le había concedido hasta el momento. Las dudas afloran en su cabeza, y es ella quien se queda sin la fórmula para desarbolar a Garbiñe, que acepta y gana el pulso en el segundo envite (7-5) para enmendar el primer 4-6 encajado. En el último set impone su condición, y castiga (6-3) a la estadounidense hasta cerrar su pase a los octavos de final.
Una evolución notable
El partido refleja el cambio de intención de Garbiñe en su juego, algo que desde hace unos meses ha intentado poner en práctica, pero que por la incomodidad que le supone siempre rechaza en favor del libre albedrío al que somete a la pelota cuando la golpea con voracidad, en busca de la línea. Sin embargo, en Indian Wells se ha dado cuenta por enésima vez de que la búsqueda del golpe ganador desde el inicio del intercambio no es suficiente siquiera para batir a la más inexperta.
Sam Sumyk ha trabajado este aspecto con la tenista nacida en Caracas, y empieza a dar sus frutos. Garbiñe sigue sin hallar esa regularidad tan ansiada, pero la inestabilidad que impera ahora en el circuito femenino no la impide permanecer entre las mejores jugadoras del mundo. Este curso, tras un buen primer mes, cedió en Doha ante Zhang y en Dubai frente a Bondarenko, este último por lesión. En Indian Wells, por el momento, ya se encuentra en octavos de final, donde cruzará con Svitolina.
Frente a la ucraniana deberá de nuevo aceptar el desgaste y mantener esa buena movilidad en pista como ya hiciera en su último envite. Otra de las claves de su cambio en la cancha, después de aceptar que todos los partidos pasan por un planteamiento táctico. Si Muguruza aúna todos estos ingredientes sus opciones para alzar los brazos al cielo en las citas trascendentales se acrecentarán exponencialmente. El trabajo con Sumyk, el técnico con el que más disputas han tenido a pie de pista, parece ahora dar sus frutos. Garbiñe reconoce sus errores para acercarse a su segundo Grand Slam.
Alberto Puente