Sus pésimos resultados en los últimos años, propiciados por un monoplaza que ni siquiera le permite finalizar carreras, no han restado un ápice de valor a la figura de Fernando Alonso. Bicampeón del Mundo de Fórmula 1, atrajo todas las miradas en su estreno en las 500 millas de Indianápolis. Completó 88 vueltos, cumplió los objetivos requeridos y mejoró el registro que marcó Busch en su estreno en 2014. Una primera toma de contacto más que satisfactoria, aunque aún le queda velocidad por tomar. Para ello tiene planeado un plan de entrenamientos que le deja un mes de mayo de auténtica locura.
Un estreno positivo
Sobre las 17:00 horas (hora local) y ante la atenta expectación de miles de aficionados, Fernando Alonso se ha puesto el casco y se ha subido a su monoplaza para estrenarse en las 500 millas de Indianápolis. La temperatura al inicio de la jornada, en torno a los siete grados, y las nubes, que amenazaron con una lluvia que finalmente no hizo acto de presencia al final de la jornada, complicaban la labor del español, que se erigía en el primer campeón del Mundo de Fórmula 1 en subirse a uno de estos vehículos desde Villeneuve en 2014, y el primero en los últimos 30 años en hacerlo en activo.
Su bagaje ha sido más que satisfactorio para tratarse de un novato. El objetivo prioritario, superar el ‘Rookie Orientation Program’, ha sido cumplido. Tenía que rodar diez vueltas a 330-338 kilómetros/hora, 15 vueltas a 338-346 y 15 vueltas por encima de los 346. Y lo ha hecho de forma solvente. Es más, con un tiempo de 222,548 millas (en torno a 356 kilómetros por hora) ha batido el registro con el que Busch se estrenó en 2014.
El asturiano ha realizado diferentes tandas con distintas configuraciones. Sus primeras sensaciones han sido positivas, aunque ha admitido que “era el coche el que me conducía a mí”. Sin embargo, con el transcurso de los giros se ha encontrado cada vez más cómodo. Rodar con tráfico le ha parecido “más divertido”, y la única pega ha sido no poder mejorar sus cronos en sus últimos intentos, debido a que “las condiciones eran un poco peores”. Un estreno esperanzador, aunque le queda más velocidad por tomar si quiere tener opciones de ganar la carrera.
Un calendario asfixiante
Hasta llegar a la carrera del 28 de mayo a Alonso le aguarda un mes de lo más agitado, donde apenas va a tener días para descansar. Tras esta primera toma de contacto le aguardan jornadas de entrenamientos físicos antes de viajar a Barcelona el 11 de mayo. Ahí es donde empieza su ‘tourmalet’. Tras los libres, la calificación y el Gran Premio de Montmeló, viajará directamente a la India el día 14. Sin apenas horas de descanso, el español deberá afrontar una jornada no menos especial que la primera, en la que dejan la pista para los ‘rookies’, en el conocido día del novato.
Hasta el viernes podrá curtirse en el circuito y aumentar una velocidad punto que debería intentar acercarse a los 370 kilómetros por hora para competir con los principales favoritos. Ese mismo fin de semana llegarán las calificaciones, que marcarán el orden de salida de la carrera. Tras ello, sólo le quedarán dos días más de entrenamientos: el lunes 22 y el viernes 26 de mayo. El sábado, como antesala, estarán presentes varias leyendas de una competición que en Estados Unidos tiene una inmensa repercusión. El domingo 28 será el gran día para Alonso, que tratará de hacer historia, después de renunciar a un Gran Premio de Mónaco de Fórmula 1 que se celebrará ese mismo día.
Alberto Puente