Roland Garros ha marcado la carrera de Novak Djokovic. Hace tan sólo un año suspiraba por alzar el último Grand Slam que faltaba en sus vitrinas, aquel que le permitiría cerrar el círculo y dar un paso más en la historia del tenis. Tras varias finales cedidas lo consiguió, y entonces su hambre se sació. El serbio entrenó con menor frecuencia y puso como prioridad a su familia, para relegar el deporte a un segundo plano. Las consecuencias no tardaron en llegar, y aquel que parecía invencible es, doce meses después, una víctima ‘asequible’.
Cinco meses de competición y tan solo ha sumado un título, en Doha, en el primer evento disputado en el curso. Desde entonces, derrotas tempraneras en Australia que con el transcurso de las semanas dejaron de ser sorpresa. París se presentaba como un escenario para exhibir su recuperación tras una buena actuación, pero finalmente no ha sido así. El triunfo claro (7-6(5), 6-3 y 6-0) de un joven Dominic Thiem le ha hecho marcar un nuevo punto de inflexión.
“Ya se verá. No es una decisión fácil. Ya veremos cómo me siento después de Roland Garros y decidiré qué hacer”, ha expresado el tenista de Belgrado a la conclusión del envite, consciente de que un tiempo de reflexión no le vendría nada mal. Otros como Nadal y Federer se vieron obligados por lesión y su regreso ha sido asombroso. Sin embargo, en sus declaraciones posteriores Djokovic confirma que hay razones para no permitirse ese parón. Apunta a sus “responsabilidades” con este deporte y, sobre todo, a las ganas de acudir a Agassi, su nuevo técnico que también mostró mucha ilusión por poder acompañar al serbio en Roland Garros.
Más allá de estos motivos éticos y personales, existen otra serie de perjuicios que podrían acecharle si aboga por dar por finalizada la temporada. Djokovic ha caído al tercer escalón del ranking por primera vez desde 2011, y podría descender al cuarto si Wawrinka culmina su segunda cosecha en la capital francesa. Un adiós a la temporada, en cambio, podría desembocar en su salida del Top Ten.
Pese a que se vio ampliamente superado por Murray en el último tramo de la temporada, el serbio defiende un total de 3.830 puntos. Su más que discreta primera mitad del curso propiciarían que saliese de entre los diez mejores del ranking, una situación que no facilitaría en absoluto su regreso a las pistas en 2018, sobre todo si Federer, Nadal y compañía mantienen el álgido nivel exhibido hasta la fecha. El serbio quiere tomarse un respiro, pero es consciente de que hay motivos suficientes para no hacerlo.
Alberto Puente