La mayoría de deportistas que padecen miopía encuentran en las lentes de contacto la solución más factible y asequible. Al menos eso refleja una innumerable lista que engloban nombres de élite como Novak Djokovic, Rudy Fernández y Andrés Iniesta, entre otros. Una fórmula, que sin embargo, no permite a los protagonistas ejercer su actividad en las mismas condiciones que sus rivales. Un estudio realizado por la Universidad Europea de Madrid y TLC Sport, demostró que las gafas y las lentillas, al contrario de lo que en un principio puede preverse, suponen un inconveniente en el rendimiento. La menor percepción de lo que transcurre a su alrededor perjudica a los deportistas en la consecución de los éxitos, además de exponerlos a situaciones peligrosas en caso de producirse algún impacto en sus ojos.
Las lentillas tampoco aportan comodidad, y sino, que se lo digan al tenista serbio, que en 2015, en plena batalla con Rafael Nadal en el O2 Arena de Londres en la Copa de Maestros, se vio obligado a detener el encuentro en numerosas ocasiones tras perder en la pista una de sus lentes. Uno de las razones que motivaron su derrota. Estos problemas, a los que se tienen que exponer los jugadores de élite cada semana, son esquivados por un 40% de las personas que realizan actividades físicas fuera del profesionalismo, que reconocen que escapan al uso de las gafas o de las lentillas por la incomodidad que les puede suponer, pese a que se vean obligados a reducir su visión y lo que ello conlleva.
Solución para evitar la cirugía
Para subsanar esa deficiencia visual, un aspecto clave para la mayoría a la hora de competir, cada vez se recurre con mayor frecuencia a la cirugía, que encuentra en el láser la metodología preferida por los pacientes. En cambio, imperan una serie de razones que fuerzan a muchos a evitar el quirófano. Uno de ellos puede ser el pánico a someterse a una operación, como es el caso de Janko Tipsarevic, el famoso tenista que hace un lustro integró el ‘Top Ten’ y que luce gafas en sus encuentros. Otro es la edad, ya que expertos en la materia recomiendan superar los veinticinco años para someterse a una cirugía refractiva. Si se hace a una edad más temprana, el ojo todavía no está totalmente estabilizado y puede aumentar aún la miopía, que crece aproximadamente hasta los 17/18 años. Para ellos, y otros que rechazan llevar lentes durante su 'jornada laboral', existe una moderna solución que lleva a cabo Doctor Lens, una clínica especializada en miopía.
Se trata de unas lentillas nocturnas, cuyo uso se reduce únicamente a la noche, en las horas de sueño. Durante el día se retiran, pero el efecto perdura durante el resto de horas. Esta técnica, conocida como ortoqueratología y Orto-K subsana cualquier problema en usuarios 'de a pie', y sobre todo en deportistas, que con el transcurso del tiempo a buen seguro se abonarán a esta cómoda opción, que permite a jugadores de tenis o pádel, entre otros, desempeñar su deporte sin ningún tipo de riesgos ni incomodidades. Una fórmula cómoda que carece de inconvenientes, una forma de acercarse a los éxitos sin un ningún lastre detrás.
Alberto Puente